Excelente noticia: el delincuente Emilio Lozoya permanece en la cárcel tras su intento –a un tris de ser exitoso– de recuperar la libertad para seguir su proceso penal en tal condición. El ex director de Pemex y su banda de abogánsters, más uno que otro cochupo en el Poder Judicial, lograron dar tres de los cuatro pasos necesarios para lograr su objetivo: el “cambio” de la medida cautelar de prisión preventiva por el caso de Agronitrogenados para que el indiciado quedara libre y el par de impugnaciones (que fueron desechadas) de la Unidad de Inteligencia Financiera (UIF) por dicha modificación, pero les faltó el decisivo (el caso Odebrecht), el que le abriría la puerta de salida.
Tras el segundo intento de dejar sin efecto la prisión preventiva (ahora por el caso Odebrecht), y después del segundo rechazo a la impugnación de la UIF, Lozoya tenía preparada la maleta para abandonar el Reclusorio Norte (lamentablemente en esa instalación no hay sucursal del restaurante Hunan) y cómodamente regresar a casa, pero la sorpresa no sólo es que el ex director de Pemex se queda enchiquerado, sino que, aunque escasos, hay jueces que dignifican su función dentro de la podredumbre del Poder Judicial.
Así lo informó La Jornada (Gustavo Castillo y César Arellano): “el juez federal José Artemio Zúñiga ratificó hoy que el ex director general de Petróleos Mexicanos (Pemex), Emilio Lozoya Austin, debe permanecer preso al confirmarse que no han cambiado las condiciones del ex funcionario y existe la posibilidad de fuga. De esa manera cerró la audiencia realizada ayer en el Reclusorio Norte. Lozoya Austin seguirá encarcelado en esa prisión capitalina, donde se encuentra desde el pasado 3 de noviembre”.
La posibilidad de fuga que sustenta la decisión del juez Zúñiga no es casual. Hay que recordar que Emilio Lozoya Austin huyó del país antes de que se liberara orden de aprehensión (julio de 2019) en su contra y se le declarara prófugo de la justicia. Resultó suficiente que alguien le informara oportunamente que la Secretaría de la Función Pública lo inhabilitaría para ocupar puestos públicos y que la Unidad de Inteligencia Financiera (mayo de 2019) a punto estaba de congelar sus cuentas bancarias del ex director de Pemex (también las de esposa y hermana) para que el ex funcionario utilizara la ruta de escape.
Finalmente lo capturaron en España y tras unos meses en la cárcel fue extraditado a México, donde gozó todo tipo de cortesías, con el pretexto de ser “testigo colaborador”, y la inagotable paciencia del fiscal Gertz Manero, hasta que el pato del Hunan hizo la chamba. De allí al Reclusorio Norte, en donde él y sus leguleyos armaron el fallido plan de escape, el cual, dicho sea de paso, no debió costar dos chelines, amén de que contó con la participación directa del mafioso grupo político al que pertenece (su padre, en primer lugar, Emilio Lozoya Thalmann, salinista de hueso colorado) y al que sirvió generosamente durante su paso por la ahora empresa productiva del Estado a la que, por cierto, destrozó productiva y financieramente.
De acuerdo con la información de La Jornada, “el juez Zúñiga señaló que el ex director de Pemex cuenta con una red familiar que se encuentra en el extranjero y puede ayudarlo a evadir la justicia mexicana, ya que su esposa e hijos, de nacionalidad alemana, radican fuera del país y cuentan con los recursos para que pueda ocultarse en otra nación. Además, reiteró que Lozoya Austin posee una cuenta bancaria con 2 millones de euros que podría utilizar”.
La audiencia de ayer “se realizó por determinación del tercer tribunal unitario que resolvió que el juez Zúñiga debería analizar elementos de prueba que en la audiencia del 3 de noviembre (de 2021) no se tomaron en consideración al dictársele a Lozoya la medida cautelar de prisión preventiva justificada. En esa fecha el juez dictó prisión preventiva a Lozoya por el caso de sobornos a cargo de la empresa brasileña Odebrecht y delitos de lavado de dinero, cohecho y asociación delictuosa”.
Y los analizó: Lozoya permanece encarcelado. Faltan los cómplices.
Las rebanadas del pastel
¿Qué defienden los rabiosos opositores a la reforma eléctrica? Un botón: “las sociedades de autoabasto no están autorizadas para vender energía y, sin embargo, 110 de ellas vulneran la ley al contar con casi 70 mil asociados que no pagan su consumo de electricidad y se han convertido en monopolios privados extranjeros” (Manuel Bartlett Díaz, director de la CFE).