Un tribunal de bancarrotas de Estados Unidos comenzó el jueves a considerar el plan de reorganización financiera propuesto por Grupo Aeroméxico, en una audiencia que probablemente durará varios días.
El mismo jueves la compañía llegó a un acuerdo de 40 millones de dólares con un grupo de acreedores no garantizados para que retiren su objeción al plan de reestructuración de la aerolínea, según dijo el abogado principal de Aeroméxico. Sin embargo, todavía hay objeciones por parte de un grupo “ad hoc” de acreedores menores, especialmente Invictus Global Management.
Aeroméxico estará presentando a la jueza de la materia Shelley Chapman su propuesta, que inyectaría nuevo capital a la compañía y convertiría a Apollo Global Management, un inversor frecuente en empresas en dificultades, en el mayor accionista.
Si finalmente aprueba el acuerdo, Aeroméxico -una de las tres principales aerolíneas latinoamericanas que se declararon en quiebra durante la pandemia- podrá salir de la bancarrota.
El plan, según la compañía mexicana, reduciría su deuda en mil millones de dólares y salvaría unos 13 mil puestos de trabajo. Pero los acreedores menores argumentan que es excesivamente beneficioso para los actuales accionistas, entre ellos Delta Air Lines y cuatro miembros del consejo de administración, a costa de ellos.
Delta y los cuatro actores mexicanos están a la espera de mantener algunas acciones en la compañía reorganizada. Delta, que se prevé tenga alrededor de 20 por ciento de la compañía después de la reestructuración, ha dicho que la aprobación del plan es fundamental para mantener su relación a largo plazo con Aeroméxico.
Tras conocerse el acuerdo con los acreedores no garantizados, la jueza Chapman afirmó que “son muy buenas noticias”.