El financiamiento en México no está “para echar las campanas al aire”. Si bien desde hace casi medio año los banqueros han reiterado que se observa una recuperación en la demanda de crédito por parte del sector privado, lo cierto es que hasta noviembre del año pasado se encontraba 8.8 por ciento por debajo del mismo mes de 2019, antes de la pandemia de coronavirus, e incluso 4.9 por ciento por debajo de lo reportado en 2020. Pese a la menor inversión, las ganancias de la banca siguen rompiendo récords.
Contrario al discurso de la Asociación de Bancos de México (ABM), que ha pregonado una recuperación en sus operaciones, especialistas explican que las cifras reportadas al Banco de México muestran que el financiamiento total al sector privado, y en concreto el de consumo y empresarial, aún se encuentra lejos de recuperar los niveles previos a la pandemia. La excepción es el sector vivienda, que hasta noviembre se ubicó en unos de sus mayores niveles, sólo superado por septiembre y octubre del año pasado, en términos reales.
En la más reciente conferencia de prensa de la ABM, su presidente Daniel Becker recalcó que hay “una clara recuperación del crédito”. En la presentación, que mostró variaciones con datos nominales, los cuáles no muestran el efecto de la inflación, subrayó que en general todos los sectores de financiamiento van al alza, al tiempo que el endeudamiento no se está reflejando en una recuperación del consumo o la inversión productiva.
Esta discrepancia está lejos de significar una burbuja de crédito, señalaron especialistas. Primero, porque tal recuperación en el financiamiento no existe. A ello se suma que el crédito tiende a crecer después de la actividad económica; además de que en México la banca privada jamás ha sido un referente o impulsor de la producción o el consumo, dado el modelo de negocios anquilosado para su operación: grandes utilidades, sin mucho que arriesgar.
“No vas a encontrar una correlación entre el crédito de la banca comercial y la expansión del consumo o la inversión porque nunca han estado correlacionados. El crédito en México siempre ha estado muy sesgado y nunca ha servido como una palanca para incrementar el consumo o la inversión”, explicó César Salazar, investigador del Instituto de Investigaciones Económicas de la UNAM.
Agregó que se debe a la “estructura oligopólica” de la banca en México, la cual “ha encontrado una forma de interactuar en que las condiciones de competencia no son importantes, sino cómo se ponen de acuerdo entre ellas para obtener el mayor beneficio”. Agregó que con una baja participación, los bancos tienen garantizadas amplias ganancias sin necesidad de gran inversión: altas comisiones por administración, intereses negativos para el ahorro y sobre ellas las tasas por los préstamos.
Datos de la Comisión Nacional Bancaria y de Valores muestran que hasta noviembre del año pasado, las ganancias acumuladas de la banca sumaron 162 mil millones de pesos, cifra que implicó una ganancia 54.2 por ciento más alta que la reportada en el mismo periodo de 2020. Sin embargo, el financiamiento total por parte de la banca se redujo desde mayo de 2020 y sólo hasta noviembre reportó un crecimiento mensual.
Mientras las ganancias siguen batiendo máximos, el financiamiento al consumo reportado en noviembre fue 15.1 por ciento menor a lo registrado en noviembre de 2019 y 5.1 por ciento por debajo de 2020. Al tiempo que el destinado a la empresas registra variaciones a la baja de 10.5 y 6.7 por ciento, respectivamente, en términos reales.
Jorge Sánchez Tello, director del Programa de Investigación Aplicada de la Fundación de Estudios Financieros, agregó que la banca se ha mantenido fuerte en medio de la pandemia debido a que ha sido cauta en prestar. Sin embargo, recalcó que para que crezca el crédito primero tiene que hacerlo la actividad económica.
El único sector que reporta crecimientos es el de la vivienda. Dicho segmento no sólo se encuentra 7.9 por ciento por arriba de lo registrado en el noviembre de 2019, también aumentó 2.4 por ciento frente al año pasado. Sánchez Tello detalló que las tasas en este rubro se encuentran en su nivel más bajo en 20 años.
Arturo Huerta, académico de la UNAM, subraya que este es otro de los negocios que son ganar-ganar para los bancos. “Lo que hace la banca es prestar a las grandes constructoras, éstas les dicen a los compradores de dónde obtuvieron el crédito para construir de forma que también ahí lo adquieran y se aten a un deuda de 30 años para pagar el inmueble al banco”.