Ciudad de México. Por primera vez, las salas principales del Museo del Palacio de Bellas Artes (MPBA) presentan una magna exposición dedicada a 170 años de arte de los pueblos originarios de México, en la que se incluyen más de 500 piezas y colecciones, con una línea curatorial “muy sofisticada y retadora de las condiciones históricas alrededor de categorías como artesanía y arte indígena”.
Así lo explicaron en conferencia de prensa el director del recinto, Miguel Fernández Félix, y los curadores Lucía San Román y Juan Coronel al informar que la muestra Arte de los pueblos de México: Disrupciones indígenas parte de las reflexio-nes incluidas en el catálogo Las artes populares en México, que en 1921 preparó Gerardo Murillo Dr. Atl.
La selección incluye objetos y obras manufacturados en soportes y técnicas diversos, entre ellos cerámica, textiles, fibras vegetales, maderas, metales, así como formatos escultóricos, pictóricos y todo tipo de artes aplicadas.
De acuerdo con la página de la Fundación BBVA, el Museo del Palacio de Bellas Artes es beneficiario de la Beca de Arte que otorga esa institución bancaria y recibió un donativo de un millón de pesos para la realización de este proyecto.
Que una institución “icónica e históricamente jerárquica” como el MPBA realice una exposición con esta temática “no es menor”, ya que la muestra “logra un entramado, una especie de telar en el que hay ciertas partes que van en contrapropuesta de lo que quizá nosotros como curadores quisiéramos hacer”, explicó San Román al detallar que han escuchado “claramente el reclamo de los creadores contemporáneos que demandan no ser descritos desde afuera”.
Es decir, continuó, los artistas de los pueblos originarios “ponen en tela de juicio la categoría indígena; por ejemplo, uno de ellos dijo que no sabía que lo era hasta que dejó su comunidad y vino a la Ciudad de México, y entonces resultó que era indígena, cuando en su comunidad es parte de un grupo en particular, con afectos, alianzas culturales, así como herencias lingüísticas e históricas”.
Arte de los pueblos de México: Disrupciones indígenas, continuó Fernández Félix, parte de la “reflexión, análisis, homenaje y crítica del punto inicial que marcó el Dr. Atl hace 100 años. Por eso no subrayamos el concepto arte popular relacionándolo con la artesanía. Nos interesa superar esa idea que se tiene del pensamiento occidental como un parámetro eurocéntrico del arte; esta disrupción conlleva un cambio de mirada. De las 68 culturas originarias que tenemos en el país, hay representación de más de 40”.
La muestra se integra de seis núcleos temáticos a partir de 589 colecciones procedentes de los institutos nacionales de Bellas Artes y Literatura, de Antropología e Historia, de los Pueblos Indígenas, así como de museos estatales, regionales y colecciones privadas.
El punto de partida de esta muestra, reiteró Juan Coronel, es el postulado de que “el arte indígena y el arte popular son dos expresiones culturales completamente distintas, porque nacen y se desarrollan en ámbitos del todo diferentes. En las primeras tres salas realizamos ese análisis para luego llegar a la Sala Nacional y presentar algunos módulos que deslindan una expresión de la otra.
Creaciones excepcionales
“Otro motivo importante de la exposición es llevarla a una situación discursiva a través de la cual se analicen muchos contenidos. Es una primera propuesta para una serie de análisis de orden cognitivo y filosófico porque dentro de algunas comunidades indígenas no existen las palabras ‘estética’ y ‘arte’; no forman parte de su entorno cultural. Entonces, el ponerlas en voz de ellos resulta inexacto.
“Por eso, hicimos dos conversatorios con representantes de los pueblos indígenas para conocer qué se entendía por estética y arte. Esa es una de las discusiones fundamentales que estamos promoviendo. Hay (en las culturas originarias del país) 68 maneras de describir lo que se considera estética, belleza, arte.
“Esta es una exposición de creaciones excepcionales, aunque muchas de ellas son de uso cotidiano y eso es lo maravilloso, que son obras estéticas con las que se convive.”
Lucía San Román puntualizó que en el núcleo final de la muestra se recuerda “que ninguno de los proyectos de producción estética presentes está fuera de la cultura en general y mucho menos de la política; por ejemplo, ahí tenemos a artistas contemporáneos y artesanos en los que se entrecruzan tanto el movimiento zapatista, como la creciente importancia de la colectividad en un momento en el que estamos más y más individualizados.”
Arte de los pueblos de México: Disrupciones indígenas abre sus puertas al público en el Museo del Palacio de Bellas Artes (Av. Juárez y Eje Central, Centro) a partir de hoy. Permanecerá hasta el 17 de abril.