Ron Perlman es desafiante. “Siempre me estoy metiendo en problemas. Me encanta”, admite el actor que interpretó a Hellboy en la saga dirigida por Guillermo del Toro. Con una personalidad así, no sorprende que su réplica a las críticas de No miren arriba, película de Netflix en la que recientemente interpretó al oficial Adam McKay, sea igual de dura.
“Jódanse, y que se joda su auto-otorgada importancia y esta perpetua necesidad de decir todo lo malo sobre algo, sólo para que puedas tener un poco de atención, por algo que no tienes idea de cómo crear. Es corrupto y enfermo, y está torcido, pero entiendo que es parte de cómo Internet ha matado al periodismo, que ahora está tratando de hacer todo lo que puede para cooptar y mantener su importancia”, señaló en entrevista con The Independent.
Casi en el mismo nivel que su desprecio hacia los críticos de cine, Perlman siente aversión por los republicanos, los antivacunas y la gente que ve Fox News. “Realmente me vale madres. Me he rendido con esas personas. Están todos vacunados y le dicen a la gente que no lo haga. Saben que todo lo que dicen es una mentira, pero de todas formas lo repiten. Todos ellos son pedazos de mierda que pueden irse a la chingada”, embistió el actor.
De voz grave, ya temblorosa, Pearlman continuó: “Lo triste es que 74 millones de personas votaron por un hombre que ha estado dos veces bajo proceso, manoseó a 26 mujeres, aumentó su riqueza personal y la desinfló cuando lo necesitaba. Espero que haya un lugar especial en el infierno para la gente que se ha aprovechado de la vulnerabilidad de los demás”.
Cruza camino con Del Toro
Aunque el actor, de 71 años, ha interpretado importantes papeles en Hollywood, su carrera ha logrado sobrevivir sin convertirse en una parte de la maquinaria. Al lado del realizador mexicano Guillermo del Toro, Perlman ha formado un equipo que comenzó en 1993 con Cronos, y lleva ya seis películas en su haber. Sus caminos se cruzaron cuando el director le envió una carta pidiéndole que participara en su ópera prima.
“Es una de esas cartas que no se obtienen muy seguido en la vida, que guardas y, cuando tienes dinero, la enmarcas. Cuando leí esa carta sentí como si hubiera ganado un reconocimiento de por vida. Nadie me conocía, y menos sabían mi nombre, pero él sí”, contó. Por eso cuando el mexicano lo invitó a su más reciente película, no dudó en romper su regla personal, y aceptó un papel en El callejón de las almas perdidas sin siquiera mirar el guion.
La cinta proviene de la época de las primeras cartas entre el actor y el cineasta. Perlman le dio a Del Toro la novela de William Lindsay Gresham en la que se basó la película de 1947 que inspiró al mexicano. Incluso en esa época, Ron sabía que el director tenía algo especial, y que algún día iban a ser los parias que lo lograron hasta la cima juntos.
Cuando Perlman participó en Hellboy, tuvo la oportunidad de estar al frente de la mayor industria fílmica. Apareció también en la secuela de la cinta, hasta que el personaje fue relanzado sin la dupla, con resultados desastrosos. Tanto el actor como Del Toro han dicho públicamente que planeaban una tercera entrega.
“¿Qué si estoy ansioso por hacer Hellboy 3? No, tengo 71 putos años”, y aun así está dispuesto a volver al papal. “Le debemos esto a los fans, y deberíamos dárselo porque sería una conclusión épica. Así que, Guillermo, si estás leyendo esto, todavía no me canso de picarte para que termines esto de una jodida vez”.
Uno de los favoritos
A pesar de su actual éxito y su resiliencia, Perlman contempló dejar la actuación a mediados de los años 80. En ese entonces, lo más que conseguía era hacer pequeños papeles en programas de televisión, pero ahora no sólo es uno de los favoritos, sino también ha trabajado con cineastas como Nicolas Winding Refn en Drive y Jean-Jacques Annaud en El nombre de la rosa.
El actor estadunidense también ha compartido cuadro con figuras como Albert Brooks, Sean Connery y Marlon Brando, con quien trabajó en La isla del doctor Moreau, y por quien siente especial aprecio. “Es mi ídolo de la actuación, pero estar cerca de él me hizo muy callado. No era yo cerca de él. Sentía como que no era merecedor”, recordó. “Desearía hacer otro rodaje con Marlon. Le encantaba reír. Si Marlon y yo pudiéramos pasar el rato ahora, tendríamos un gran momento”, consideró.
El callejón de las almas perdidas está disponible en salas de cine.