En un hecho sin precedente, la palestra en la que el Presidente de la República presenta las conferencias de prensa matutinas fue ayer el escenario para que los candidatos a la dirigencia del sindicato petrolero dieran a conocer sus proyectos, pero también la oportunidad de cuatro opositores para criticar a la cúpula identificada con Carlos Romero Deschamps, quien estuvo al frente de esta organización gremial por casi tres décadas.
Ese grupo busca preservar el control a través del tesorero sindical, Ricardo Aldana, involucrado en la triangulación ilegal de recursos para la campaña presidencial del PRI hace 22 años, episodio conocido como el Pemexgate.
Incluso con sólo cinco minutos disponibles, los disidentes pudieron espetar a Aldana: corrupto, traidor, ratero…
Hay 25 candidatos a la secretaría general del sindicato de Petróleos Mexicanos (Pemex), cinco de ellos acudieron ayer a Palacio Nacional, y cada día, hasta el viernes, lo harán en bloques iguales.
El presidente López Obrador no se quedó a las exposiciones, sólo les dio la bienvenida, confió en que los trabajadores voten en libertad y se retiró, no sin antes hacer notar la importancia que tiene para el país Pemex, no sólo en un sentido patriótico, sino para las finanzas públicas, pues esta empresa aportó recientemente un billón de pesos.
Así que el mandatario agradeció a los petroleros por portarse a la altura de las circunstancias en el proceso de rescate de Pemex y después pasó el micrófono a la secretaria del Trabajo, Luisa María Alcalde, quien hizo las veces de conductora para seguir las reglas del ejercicio.
Por el rigor del orden alfabético, tocó el primer turno a Aldana, quien se limitó a leer unas láminas de Power Point, además de pedir permiso para “pasar un video”.
“Vamos por un nuevo Pemex”, dijo quien se ha señalado como el candidato oficialista y el motivo de que en este proceso “no hay piso parejo”, según los disidentes.
La segunda fue María Cristina Alonso, de Tabasco, quien arremetió contra el tesorero: “Esta persona que está aquí, que no merece ni que mencione su nombre, ¿con qué calidad moral? (…) Cómo se atreven a querer representarnos, si fueron ellos quienes traicionaron a México y a los petroleros. Son unos traidores. Esos proyectos están camuflajeados para darle continuidad a la corrupción de Romero Deschamps”.
Siguió Daniel Aranda Padilla, trabajador veterano que no dudó en denunciar que “todo (el recurso sindical) ha sido robo, saqueo, enriquecimiento, muchos de ellos para metérselo a la nariz, para tomarlo en bebidas y con mujeres”.
Pero tampoco dudó en sacar su biblia y jurar, con la mano sobre el libro, que se conducirá de manera recta porque es un temeroso de Dios, expresó.
Siguieron Victoria Arredondo Lami y José Luis Cabrera Raga, este último entró sonriendo, emocionado por ver de cerca el Salón Tesorería y al Presidente, y así se retiró, proponiendo plazas para sus compañeros en la refinería Deer-Park, comprada por Pemex hace una semana en Texas. “Eeee, te la sabes”, dijo a modo de eslogan de campaña.
Al final, Aldana salió de Palacio Nacional tal como entró: en silencio, sin saludar a los contendientes y a toda prisa para evitar encontrarse con la prensa.