Uagadugú. Los militares de Burkina Faso anunciaron ayer por televisión que tomaron el poder tras un alzamiento en el país africano debido a las críticas al presidente por su fracaso para contener el auge de los yihadistas.
Los golpistas con uniforme de camuflaje anunciaron el “fin del mandato” del presidente Roch Marc Christian Kaboré, tras un motín que comenzó antier.
Los soldados alzados también anunciaron el cierre de las fronteras y prometieron un “retorno al orden constitucional” en un plazo “razonable”.
Antes del anuncio, el presidente de Estados Unidos, Joe Biden, pidió la liberación inmediata de Kaboré, mensaje que también efectuó la Unión Europea. Rusia manifestó su preocupación por la situación, y la Unión Africana había condenado lo que era en ese momento un “intento de golpe de Estado”.
El secretario general de la Organización de Naciones Unidas, Antonio Guterres, condenó con firmeza el “golpe de Estado” y manifestó que le preocupa la protección y la integridad física de Kaboré, cuyo paradero se desconoce.
Los soldados se alzaron en varias bases de este país africano el domingo, pidiendo la salida de la cúpula militar y más recursos para luchar contra los grupos yihadistas que asolan al país desde 2015.
Kaboré, quien estaba en el poder desde 2015 y fue relegido cinco años después con la promesa de convertir en prioridad la lucha contra los yihadistas, es blanco de críticas por el fracaso de su política para frenar la violencia de los extremistas.
El partido del presidente, Movimiento del Pueblo por el Progreso, afirmó que Kaboré fue victima de “un intento de asesinato”, tras las informaciones de que el mandatario estaba detenido.
Momentos antes hubo reportes contradictorios sobre el paradero de Kaboré.
Una fuente de seguridad indicó a la agencia de noticias Afp que el presidente, el jefe del Parlamento, Alassane Bala Sakandé, y algunos miembros del gabinete están en manos de los soldados.
Un miembro del gobierno informó que el mandatario fue sacado de su hogar por su guardia, antes de la llegada de hombres armados que dispararon a su comitiva.
Antes del inicio del toque de queda, cientos de personas salieron a las calles de la capital para celebrar.
Burkina Faso ha sufrido varios intentos de golpe de Estado. En el vecino país de Malí, donde comenzó la insurgencia yihadista, los militares derrocaron en 2020 a un gobierno civil.
Al igual que Malí y Níger, Burkina Faso está inmersa en una espiral de violencia atribuida a grupos armados yihadistas afiliados a Al Qaeda y al Estado Islámico.
La violencia de los grupos yihadistas ha matado a más de 2 mil personas en casi siete años y ha obligado a 1.5 millones a huir de sus hogares.