Los recientes nombramientos de representantes de México en el exterior han generado polémica y controversia entre miembros del Servicio Exterior Mexicano (SEM).
De acuerdo con la mesa directiva de la Asociación del Servicio Exterior Mexicano (ASEM), de las 16 nominaciones como embajadores o cónsules realizadas el lunes de la semana pasada por el presidente Andrés Manuel López Obrador en uso de sus facultades constitucionales, sólo siete son diplomáticos de carrera, y de ellos, tres “no cumplen con los requisitos de ley” para ocupar la titularidad de una representación en el exterior.
De acuerdo con testimonios de miembros del cuerpo diplomático de carrera expresados en redes sociales, los tres funcionarios aludidos no cuentan con cargo de ministro, condición indispensable establecida en la ley del SEM para ser nombrado al frente de una embajada o consulado. Dos de ellos son segundo secretario –es decir que recientemente iniciaron su trayectoria diplomática– y una tiene adscripción como consejera.
Estas menciones ubican en esa situación a Pablo Monroy Conesa, actual consultor jurídico adjunto de la Secretaría de Relaciones Exteriores, designado como embajador de México en Perú; Marcos Moreno Báez, comisionado de la cancillería en la Secretaría de Gobernación, asignado al consulado general de México en Nogales, Arizona, y María Victoria Romero, nombrada como embajadora en Azerbaiyán. A ellos se suma el caso de Daniel Cámara, designado en septiembre de 2021 en la embajada mexicana en Haití, quien también es segundo secretario.
El embajador David Nájera, presidente de la mesa directiva de la ASEM, indicó que independientemente del reconocimiento a la trayectoria profesional de los designados, “lo que debe de prevalecer es el respeto al espíritu de carrera y al marco legal que tan celosamente los miembros del SEM profesan”.
En un pronunciamiento público respecto a los recientes nombramientos, la dirigencia de la ASEM –organización que agrupa a muchos de los diplomáticos de carrera del país– enfatizó que actualmente el SEM cuenta con docenas de embajadores y ministros con la experiencia y la disponibilidad para asumir “tan alta distinción” al servicio del país, en apego a la legalidad.
Remarcó que en caso de que las naciones receptoras otorguen su beneplácito a los nombramientos conforme a la práctica diplomática internacional, corresponderá al Senado aprobar las designaciones presidenciales. “La ASEM confía en la evaluación minuciosa de las calificaciones y méritos que realice el Legislativo de cada nominación”.
En otros sectores del cuerpo diplomático se ha considerado que “estas designaciones políticas de miembros de carrera del SEM son contrarias a las bases normativas de la ley y fracturan al servicio como el cuerpo permanente de funcionarios del Estado mexicano encargados de ejecutar la política exterior del país”.
De acuerdo con esas voces, las nominaciones de Monroy Conesa, Moreno Báez, Romero y Cámara contravienen los artículos 19, 22, 22 y 23 de la ley del Servicio Exterior Mexicano, por lo que demandaron revisar dichas designaciones.
Otros nombramientos en cargos para el exterior que han causado polémica entre el cuerpo diplomático de carrera “por carecer de experiencia en el ramo” son los de los ex gobernadores de Sonora y Campeche, Claudia Pavlovich y Carlos Miguel Aysa, de extracción priísta, asignados al consulado y a la embajada de México en Barcelona y en República Dominicana, respectivamente.