Para encarar los bajos precios del café, los problemas de comercialización y mejorar la calidad de vida de los productores, la mayor parte de ellos indígenas, se requiere, entre otras medidas, un programa de fomento a la producción que incorpore a por los menos 350 mil productores (de casi 500 mil que hay en el país) y 450 mil hectáreas, un esquema diferenciado de incremento de la productividad, así como acompañamiento técnico.
Esto indica la Propuesta de nuevas políticas para el mejoramiento de la caficultura mexicana de la Coordinadora Nacional de Organizaciones Cafetaleras. Advierte que el control de la comercialización del café mexicano está en manos de trasnacionales como Amsa (Ecom), Cafés California (Neumann), Becafisa (Volcafe) y Nestlé.
Apunta que el café convencional mexicano se exporta a menos precio que otros países tabién productores de arábigos lavados, ya que mientras Colombia vende sus cafés a unos 55 dólares las 100 libras por arriba de la cotización internacional, los de México se exportan en un promedio de 28 dólares por arriba.
Plantea que se debe fomentar la asociación de los productores, lo cual ayudaría a manejar viveros más amplios, comercialización con mayores precios, información del mercado del café, gestión de políticas públicas, acceso en mejores condiciones a crédito y un intercambio más amplio de experiencias.
Destacó que ante el planteamiento federal de apoyar directamente a los productores para evitar la corrupción, “en el caso del café, el minifundismo es mayor y la mayoría de los productores son indígenas con más pobreza y en regiones de mayor marginación. Es muy importante que los productores se asocien y se fortalezcan organizaciones ya existentes, para gestionar políticas públicas más favorables y manejar de manera adecuada la producción y comercialización de su café”.