Ciudad de México. En menos de un mes y medio la canasta básica monitoreada por el gobierno federal se ha encarecido hasta 138.9 por ciento, a más del doble, en estados del sur como Tabasco. Lo anterior, en los puntos que la Procuraduría Federal del Consumidor (Profeco) señala como los más económicos para la adquisición de artículos de primera necesidad.
El avance en cuestión llevó a que al cierre de 2021 –de acuerdo con los resultados más recientes de ocupación y empleo que recoge el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi)– uno de cada cuatro trabajadores en el país ocupará más de 80 por ciento de sus ingresos para adquirir los alimentos y artículos mínimos que supervisa la Profeco.
Los datos que el organismo federal reporta cada lunes en la conferencia matutina del presidente Andrés Manuel López Obrador exhiben que, si bien ha habido reducciones en los espacios donde es más costoso conseguir una canasta básica, en las centrales de abasto de las diferentes regiones del país, el precio de artículos básicos se ha disparado.
Con una inflación general que ya se perfilaba al cerrar el año como la más alta en dos décadas y en la cual los alimentos se habían encarecido al triple o más, el 20 de diciembre pasado el titular de la Profeco, Ricardo Sheffield, presentó el “Quién es quién en los precios de los productos de primera necesidad”, un monitoreo semanal a 21 bienes.
Si bien los autoservicios que han sido señalados por ser los más costosos en una de las cuatro regiones del país que se hace el monitoreo (centro, norte, centro-norte y sur) han ido cambiando e incluso se registran variaciones a la baja en el costo de la canasta básica, en los puntos que se presentan como los más económicos el aumento oscila entre 63.9 y 138.9 por ciento.
En la referencia de precios bajos que usa la Profeco para la región sur del país –que concentra los estados con menores ingresos por hogar, de acuerdo con datos de Inegi– es donde más se ha disparado la carestía de artículos de primera necesidad.
Un ejemplo, la Central de Abastos de Villahermosa, Tabasco, pasó de ofrecer la canasta de básicos en 347.71 durante la semana del 6 al 10 de diciembre, a 828.9 pesos entre el 3 y 7 de enero. Un incremento de 138.4 por ciento, según la información oficial.
Aunque a una proporción menor, la tendencia se repite en el resto de puntos. En la Central de Abastos de Guadalajara, referencia de la zona centro-norte, el conjunto de 21 productos básicos pasó de 381.51 a 897.68 pesos; un aumento de 135.3 por ciento al paso de cinco semanas.
En la Central de Abastos de Monterrey, que se ha presentado como el sitio más económico para adquirir bienes básicos en la zona norte del país, se registró un aumento de 86.3 por ciento, al pasar la canasta mínima de 383.17 a 713.78 pesos. Mientras en la Central de Abastos de la Ciudad de México, en el centro, la variación fue de 63.9 por ciento, al pasar de 442.08 a 724.75 pesos.
La carestía dobla los incrementos al salario mínimo que se han acordado en los últimos tres años y a ellos se suma el deterioro del empleo, provocado por la crisis de covid-19.
Con datos comparables al cierre de 2021, los trabajadores que perciben un salario mínimo –uno de cada cuatro en México– destinarán más de 80 por ciento de su ingreso para la adquisición de una canasta básica familiar al “precio más bajo”.
En el centro del país comprar la canasta indispensable de Profeco –sin contar servicios, vivienda– al cierre del año ocupó 81.5 por ciento del salario mínimo; en el centro sur, 93.9; en el sur, 86.7, y en la zona norte, donde el salario mínimo es más alto, 53.3 por ciento.