Decenas de museos y recintos para conciertos se transformaron temporalmente en peluquerías o salas deportivas en los Países Bajos para protestar contra las restricciones sanitarias impuestas en el sector cultural.
Los comediantes Diederik Ebbinge y Sanne Wallis de Vries presidieron la iniciativa denominada Theatre Hairdresser (Teatro de Peluquería), a la que se sumaron 70 foros culturales ubicados en Rotterdam, Utrecht, Eindhoven, La Haya, entre otras ciudades.
Un peluquero y dos pedicuristas atendieron a visitantes colocados en medio de valiosas obras de arte en el Museo Van Gogh en Ámsterdam, en tanto que dos barberos enmascarados instalaron sus sillas en el escenario del Concertgebouw, la sala de conciertos más importante de la capital, mientras la orquesta interpretaba la Sinfonía No. 2 de Charles Iver.
Con esta medida, “evidenciamos la grave situación del sector cultural y recalcamos la necesidad de reabrir los museos lo antes posible. Sabemos que es seguro y queremos mostrárselo a todos”, señalaron las autoridades del Museo Van Gogh en un comunicado difundido hace unos días en su página oficial.
En el Museo de Ámsterdam, los visitantes “no sólo pueden ver una exhibición histórica, sino también cortarse el cabello y tomar una clase de yoga”, advirtió la institución en su cuenta de Instagram.
Emilie Gordenker, directora del Mauritshuis, solicitó a las autoridades “ser consistentes y hacer las reglas de manera que todos las entiendan. En este punto, eso parece estar faltando”. Ubicado en La Haya, este museo (que alberga el famoso cuadro Joven con perla, de Vermeer) ofreció masajes, sesiones de belleza, clases de yoga, y actividades deportivas.
Aun cuando las autoridades instaron a los ciudadanos a “no acudir a los recintos culturales”, en cuestión de horas se agotaron las entradas en los foros participantes del Theatre Hairdresser. “Esta acción lúdica estuvo apegada a las recientes reglas sanitarias implementadas en los Países Bajos, por lo que estamos satisfechos de haber encontrado una manera de llamar la atención sobre la severa situación que padece el sector cultural”, dijeron Ebbinge y De Vries en sus redes sociales.
A raíz del aumento de contagios provocados por la variante ómicron de covid-19, dicha nación europea entró en crisis desde diciembre pasado. Sin embargo, se desató la polémica entre la comunidad artística y cultural cuando las autoridades permitieron (a principios de este mes) la reapertura de tiendas no esenciales junto con gimnasios, peluquerías y burdeles, mientras los museos, cines y teatros deben permanecer cerrados.
Algunos alcaldes holandeses prometieron tomar medidas drásticas contra las protestas de Theatre Hairdresser, debido a que “no se deben infringir las pautas de coronavirus”, pero, matizaron, se “analiza la posibilidad de relajar algunas restricciones”.
Por el momento, la situación epidemiológica en este país sigue siendo complicada, con un alto número de contagios diarios, sin que ello, por otro lado, suponga una saturación de los hospitales.
(Con información de Afp)