Ciudad de México. Frente al aumento de la fortuna de las personas y las empresas más acaudaladas de México durante la pandemia de covid-19 al tiempo que la mayoría de la población vio afectada su calidad de vida, es necesario que las autoridades retomen propuestas como aplicar un impuesto a la riqueza, las ganancias millonarias y las herencias, señalaron académicos especializados.
Alice Krozer, investigadora del Centro de Estudios Sociológicos de El Colegio de México, afirmó que uno de los mayores obstáculos para emitir una reforma fiscal progresiva no sólo son los grupos de cabildeo de los sectores más ricos, sino la desconfianza generalizada de la población sobre lo que el gobierno hace con los impuestos.
“La recaudación en México es muy baja en comparación no sólo con los países de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE), sino también de América Latina, y entre las razones es que hay un sector informal muy grande, así como mucha evasión en los deciles más altos.”
De acuerdo con la especialista, en el país los individuos con mayores recursos económicos deberían pagar en gravámenes por lo menos 35 por ciento de sus ganancias, pero en promedio aportan menos de la mitad, en gran parte debido a las “intervenciones financieras e ideológicas” que dichos contribuyentes han impulsado durante décadas para evitar un cambio en ese aspecto.
A su vez, Máximo Jaramillo, académico de la Universidad de Guadalajara y cofundador del Instituto de Estudios sobre Desigualdad, coincidió en que el problema de la baja recaudación en México es “histórico”, a pesar de que desde los años 60 del siglo pasado se hicieron análisis que demostraban la necesidad de hacer una “reingeniería” fiscal a nivel nacional.
“En aquel momento, la distancia que teníamos con respecto a países similares de América Latina, como Brasil, Chile y Argentina, era muy baja e incluso recaudábamos más que algunos de ellos. Sin embargo, Bolivia y Argentina, que recababan menos de 10 por ciento de su producto interno bruto (PIB) en 1990, hoy están por encima de 20 por ciento, mientras en México ese índice no se ha movido de manera sustancial”, lamentó.
Subrayó que aunque uno de los problemas de la región es el alto nivel de informalidad, si se cobraran impuestos a todos los pequeños negocios en esta situación, en México se obtendría apenas uno por ciento más del PIB, debido a los bajos ingresos del sector, por lo que el objetivo tiene que ser gravar a los ricos y multimillonarios, que pagan menos de 35 por ciento de ganancias que la ley les marca.
Por lo anterior, Jaramillo puntualizó que algunas medidas que podrían tomarse para mejorar la recaudación en México son fijar un gravamen adecuado sobre la renta a los grupos del decil socioeconómico más alto, eliminar o reducir las exenciones fiscales a los más ricos, y fijar impuestos a la herencias de 8 millones de pesos o más, entre otras.