Organizaciones civiles de Baja California Sur alertaron que las autoridades estatales analizan una iniciativa para crear muelles destinados a los cruceros turísticos, cuyo arribo afectaría la barrera de coral que hay en las playas de La Paz, así como a varias especies marinas.
Alex Águila, del colectivo Torpedo, explicó a La Jornada que el anterior gobierno del estado lanzó un proyecto para ampliar la terminal portuaria de Playa Pichilingue, donde atracan barcas pequeñas, a fin de permitir la llegada de los llamados cruceros “tipo oasis”, con capacidad para más de 5 mil pasajeros.
Según el activista, empresas de viajes en crucero ya dan como un hecho en sus páginas web que se autorizará a la trasnacional ITM Carnival Group concretar dicho proyecto.
El gobernador Víctor Manuel Castro afirmó durante su campaña que al estado no llegarían megacruceros si no los operaban las autoridades del estado, pero en días recientes, tanto él como la alcaldesa de La Paz, Milena Quiroga, han mantenido una actitud “ambigua” sobre la ampliación de los muelles.
Águila dijo: “tras una campaña de recolección de firmas para que las autoridades transparentaran el tema, la Secretaría de Medio Ambiente abrió un proceso de consulta a través de Internet, que “estuvo plagado de sospechas, porque la página abría cuando quería”.
Investigadores y académicos del colectivo han advertido que la eventual llegada de cruceros gigantes causaría “daños catastróficos” al arrecife de coral en Playa Pichilingue, sitio donde, además, diversas variedades de peces “aprenden a comer” cuando son jóvenes, antes de salir a mar abierto, donde son aprovechados por la industria pesquera.
Los megacruceros podrían afectar la llegada del tiburón ballena y acaparar los espacios limitados que ahora existen para visitar playa Balandra, dijo Águila. Destacó la existencia de estudios en las ciudades de Venecia y Barcelona que comprobaron los daños ambientales que generan navíos de gran calado.