Hace unos días salió a la luz que Citigroup ponía a la venta Banamex, el banco más antiguo del país que nació en 1884 como Banco Nacional de México. La noticia repercutió en distintos ámbitos, pero cosa inusual en ese tipo de negociaciones financieras, despertó enorme preocupación en el mundo de la cultura.
Esto es debido –mucho se ha comentado– al valioso patrimonio cultural que posee la institución. Se trata de la colección privada de arte más grande que existe en el país, con obras de grandes artistas, archivos documentales y varios de los palacios barrocos más importantes del país.
En muchos medios se han mencionado algunas de las más significativas de José María Velasco, Clausell, Ángel Zárraga, Orozco, Diego Rivera, Dr. Atl, Frida Kahlo, Siqueiros, Remedios Varo y Manuel Felguérez. También se han destacado los inmuebles, pero prácticamente no se ha mencionado uno de los tesoros que resguarda, que es la colección de arte popular.
Hace un par de años escribí una crónica a raíz de la exposición Grandes Maestros del Arte Popular Mexicano, 20 años. Voy a recordar algo de lo que mencioné en esa ocasión para dar una idea de lo que significa esa colección.
“Citibanamex, a través de Fomento Cultural Banamex que dirige desde su creación Cándida Fernández, amante y conocedora como pocos de esas manifestaciones artísticas, promovió la creación del programa Grandes Maestros del Arte Popular Mexicano.
“Se dedicaron a recorrer el país para localizar a los artesanos que elaboraban obras de excelencia. Se les apoyó y propició que transmitieran sus técnicas para que se formaran nuevas generaciones que garanticen la permanencia del trabajo de alta calidad. El resultado es una colección con obras de gran fuerza expresiva, materiales y técnicas tradicionales utilizados con perfección.
“En el soberbio Palacio de Iturbide, sede de Fomento Cultural Banamex, actualmente se presenta la exposición que rinde tributo a los primeros 150 artífices que originalmente conformaron el Programa de Apoyo al Arte Popular, con la creación de obras maestras que han marcado una pauta de excelencia. Ahora se han sumado los nuevos grandes maestros, aquellos que se han incorporado y que han ampliado las especialidades que integran la colección.
“Esta notable conjunción nos permite admirar más de 5 mil piezas de arte popular, creadas por más de 800 grandes maestros provenientes de los 32 estados de la República Mexicana. Podemos apreciar la variada producción artesanal de México, la cual se ha transformado según las regiones, los grupos étnicos, los materiales o las técnicas que se manejan en cualquiera de las 347 localidades incorporadas.
“Hay trabajos de maestras y maestros artesanos originarios o descendientes de comunidades como la mazahua, otomí, nahua, rarámuri, huichol, mayo, tzotzil, maya, mixteca y zapoteca, entre otras, además de creadores que habitan en zonas rurales y urbanas de todo el territorio que nos llevan a conocer la pluralidad cultural, diversidad geográfica, étnica y lingüística que existe en nuestro país”.
Esto es una pequeña muestra de lo que custodia, cuida y difunde la institución que ha tenido un papel relevante en la vida cultural de nuestro país desde hace décadas. En los 30 años que llevo escribiendo semanalmente en este espacio, he hablado en innumerables ocasiones de sus actividades y la historia de palacios y objetos.
En crónicas subsecuentes voy a comentar algunos de esos tesoros cuyo destino me preocupa enormemente. El hecho de que adquiera el banco un empresario mexicano no parece ser garantía. Uno de los que mencionó el presidente Andrés Manuel López Obrador se refirió a la institución como “changarro”. No quisiéramos ver el Palacio de Iturbide convertido en una tienda Elektra y de las obras de arte... mejor ni hablamos
Para darnos ánimo vámonos a comer sabroso al Bajío Centro Histórico, en Bolívar 14, que ocupa la casona donde vivió los últimos años de su vida y falleció el polémico presidente Antonio López de Santa Anna. Se inauguró unas semanas antes de que empezara la pandemia.
La excelente restauración que une el gozo estético al gastronómico nos lleva a deleitarnos con las creaciones de Titita, la encantadora dueña y chef, quien da lugar destacado a platillos de su querida Veracruz: gorditas infladas, empanadas de plátano rellenas de frijol, garnachas veracruzanas y mole de Xico.