Para combatir la trata de personas “es primordial la restitución de los derechos de las víctimas con acciones encaminadas a prevenir, erradicar, combatir y sancionar esta práctica que genera un daño profundo en la integridad y dignidad de las personas”, señalaron las ministras Norma Lucía Piña Hernández y Loretta Ortiz Ahlf, al clausurar el Congreso nacional sobre trata de personas, organizado por la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN).
Piña Hernández señaló que este delito “es un problema mundial que convierte a las personas en mercancías o monedas de cambio y ello implica, a la vez, una grave violación a los derechos humanos de mujeres, varones, niñas, niños y adolescentes que son sometidos mediante engaños, coacciones y violencia a situaciones de explotación de diversa índole (sexual, de trabajo forzoso, servidumbre doméstica, mendicidad infantil, entre otros muchos), con el mezquino propósito de obtener provechos económicos a costa de la persona misma”.
Por ello, refirió la ministra de la Corte, es necesaria la restitución de los derechos de las víctimas, su rehabilitación y la reparación de los daños sufridos. “Como juzgadores y juzgadoras, como autoridades, deben entender su especial situación de vulnerabilidad y redefinir las políticas públicas que buscan combatir la trata de personas.
“Se impone como primer y elemental aspecto escuchar y entender a las personas para respetar su dignidad; nuestra situación particular no puede hacernos ignorar, evadir o menospreciar la gravedad de este tema”, señaló Piña Hernández.
En su discurso, la ministra Ortiz Ahlf explicó que, con base en las estadísticas de Naciones Unidas, se concluye que la frecuencia con la que se comete el delito de trata de personas, tanto a nivel global como nacional, se sostiene en el abuso de la vulnerabilidad inherente a las víctimas y, por consiguiente, en las profundas brechas de desigualdad que persisten actualmente.
“Los principales factores de riesgo en los casos analizados son las necesidades económicas, la condición migratoria irregular, los antecedentes de conflictos familiares, principalmente en casos de niños niñas y adolescentes, y la generación de dependencia afectiva como mecanismo de sometimiento”, detalló la ministra Loretta Ortiz.
Por ello, es vital crear espacios de reflexión que contribuyan a una mayor comprensión del fenómeno de la trata de personas y, quizá más importante, articular de mejor forma las distintas acciones encaminadas a prevenir, erradicar, combatir y sancionar esta práctica que genera un daño profundo en la integridad y dignidad de las personas, consideró la ministra Ortiz Ahlf.