Ciudad de México. La sentencia de la Corte Interamericana de Derechos Humanos en el caso de Digna Ochoa “nos da la razón sobre lo que hemos afirmado durante más de 20 años de lucha e insistencia”, algo que “nosotros jamás titubeamos, en que mi hermana había sido asesinada”, aseveró Jesús Ochoa. En las primeras reacciones sobre lo resuelto por dicho tribunal internacional, en representación de su familia, también manifestó que tienen confianza en el actual gobierno federal para reabrir el caso.
Compartió que esta lucha ha sido “una travesía totalmente desigual, desgastante” al enfrentarse “a algunos cuestionamientos de la propia autoridad e incluso de algunas organizaciones sociales. Luchar contra el Estado o los impartidores de justicia, no es fácil. Hay que tener mucho valor, mucha confianza de sí mismo y de lo que buscábamos en aquel entonces que siempre fue justicia y creo que hoy se viene o está por darse”.
Relató que en este andar han sufrido “en cuestiones económicos ya que viajábamos continuamente de Misantla, Veracruz, a Ciudad de México, pero eso no fue impedimento para darle el seguimiento puntual al caso Digna Ochoa”.
En conferencia de prensa, organizaciones representantes de la familia Ochoa y Plácido calificaron la sentencia de la Corte Interamericana como “histórica, con importantes repercusiones para México y la región latinoamericana, que reconoce que el Estado mexicano violentó el derecho a la vida, la dignidad y la honra de Digna”.
El Grupo de Acción por los Derechos Humanos y la Justicia Social y el Centro por la Justicia y el Derecho Internacional (CEJIL) recordaron que la Corte concluyó que la determinación ministerial de que la defensora falleció como consecuencia de un supuesto “suicidio simulado” no estuvo sustentada en la valoración objetiva de prueba recolectada, sino que, -a criterio del tribunal interamericano- fue “difícilmente compatible con la sucesión de hechos que constan probados y, en específico, con las circunstancias y forma en la que habría tenido lugar dicha muerte”.
Karla Micheel Salas, del Grupo de Acción por los Derechos Humanos y la Justicia Social, resaltó que a través de la sentencia “queda evidenciado que no sólo se cometió una injusticia en contra de Digna Ochoa y su familia sino que también durante muchos años el Estado mexicano fabricó una verdad, utilizaron el aparato de justicia para desprestigiar la labor de la defensora”.
Marcela Martino, del CEJIL, destacó que esta sentencia “reivindica a Digna, y en su nombre a tantas mujeres defensoras de derechos humanos en México y en la región. Reivindica la lucha de 20 años de su familia y de sus compañeros y que hace por fin justicia”.
David Peña, también del Grupo de Acción, mencionó que ya se tiene agendada una reunión con personal de las secretarías de Relaciones Exteriores y con Gobernación para avanzar en el cumplimiento de la sentencia. Confió en que este proceso sea mucho más ágil y consideró que para ello se necesita no sólo voluntad sino “la intencionalidad de llegar a la verdad”.