Washington. La Agencia Central de Inteligencia (CIA) cree poco probable que Rusia o algún otro de sus adversarios extranjeros esté usando microondas u otras formas de energía dirigida para atacar a cientos de funcionarios estadunidenses que atribuyen sus síntomas asociados con afecciones cerebrales a lo que se conoce como síndrome de La Habana.
Los hallazgos de la agencia, según un funcionario que pidió el anonimato, generaron críticas de quienes han reportado casos y acusan al gobierno de minimizar las dolencias.
“Evaluamos que es poco probable que un actor extranjero, incluida Rusia, esté llevando a cabo una campaña mundial sostenida que dañe al personal estadunidense con un arma o mecanismo”, declaró un alto funcionario de la CIA al Washington Post bajo condición de anonimato.
Los investigadores han estudiado cientos de casos reportados a nivel mundial por funcionarios de inteligencia, diplomáticos y personal militar de Estados Unidos para determinar si las afecciones son causadas por la exposición a formas de energía dirigida. Las personas afectadas se han quejado de dolores de cabeza, mareos, náuseas y otros síntomas compatibles con lesiones cerebrales traumáticas.
La mayoría de los casos que revisan las autoridades de inteligencia se han relacionado con otras condiciones médicas conocidas o con factores ambientales, sostuvo el funcionario. Agregó que, en algunos casos, los exámenes médicos han revelado tumores cerebrales o infecciones bacterianas no diagnosticados.
En un comunicado, el director de la CIA, William Burns, comentó que el compromiso de la agencia con la salud de sus funcionarios es inquebrantable. “Continuaremos con la misión de investigar estos incidentes y brindar acceso a atención de primer nivel para quienes la necesiten”.
Mark Zaid, abogado de Washington que representa a agentes de inteligencia que han denunciado casos, afirmó que la CIA está teniendo una “revuelta dentro de su fuerza laboral”, por personas que no quieren aceptar asignaciones en el extranjero por temor a ser atacadas.
Los casos del síndrome de La Habana datan de una serie de lesiones cerebrales reportadas en 2016 en la embajada de Estados Unidos en Cuba. Los incidentes han sido reportados también por diplomáticos, oficiales de inteligencia y personal militar en el área de Washington y en representaciones en el extranjero.
Algunos agentes de inteligencia han sospechado desde hace mucho tiempo que Rusia usa dispositivos de energía dirigida para atacar al personal estadunidense.
Durante una rueda de prensa en Berlín, el secretario estadunidense de Estado, Antony Blinken, aseveró que después de reunirse con personas que denunciaron casos, “no tengo ninguna duda de que han tenido síntomas y sufrimiento reales”.
“Vamos a continuar haciendo todo lo que podamos, con todos los recursos posibles, para comprender, nuevamente, qué ha sucedido, por qué y quién podría ser responsable”, manifestó Blinken. “No estamos dejando piedra sin mover”.