Roma. La princesa estadunidense Rita Jenrette Boncompagni Ludovisi reconoce que no se cansa de admirar el mural de Caravaggio que adorna el techo de una sala de su imponente palacio en el centro de Roma, cuya subasta esta semana fue declarada desierta.
“A veces hago mis ejercicios de yoga en esa sala” y “todas las veces descubro nuevos detalles” de la pintura, reconoce la estadunidense en una entrevista.
De 72 años, la aristócrata nació en Texas y es la tercera y última esposa del difunto príncipe Nicolo Ludovisi Boncompagni.
Rodeada de fotografías enmarcadas de sus numerosos familiares, la elegante princesa Ludovisi, de porte altivo, vive desde hace 20 años en un ala de ese imponente palacio de 2 mil 800 metros cuadrados, con un suntuoso jardín, a pocos pasos de la célebre Vía Veneto y de Villa Borghese.
“Es algo extraordinario, y por supuesto es un gran privilegio ser la guardiana de esta villa”, acepta.
La otrora residencia campestre de una de las familias aristocráticas más ricas y poderosas de Italia conserva además del Caravaggio, frescos de Guercino (1591-1666), reconocido pintor barroco de Bolonia, así como estatuas antiguas.
Llamada también el Casino de la Aurora, la villa es una verdadera joya del barroco romano; inicialmente fue valorada en 537 millones de dólares, pero esa estimación ha bajado para la próxima puja.
Desgraciadamente, la princesa tendrá que abandonar ese lugar encantador tras la subasta, con la cual se pone fin a las disputas entre los herederos del príncipe Niccolo Ludovisi Boncompagni, quien falleció en 2018 a los 77 años.
¿Adónde irá? “He visitado algunos lugares de Roma donde vivieron antepasados de mi esposo (...) Pero me va a dar mucha pena pasar frente a Villa Aurora y ver a otra gente dentro”, suspira. “¡Es difícil, así que no sé, no tengo idea!”
La villa será de nuevo subastada el 7 de abril, con una estimación revisada a la baja de 376.8 millones de euros, un descuento de 20 por ciento.
En una petición pública, más de 40 mil firmantes han pedido que el Estado intervenga con el propósito de que se transforme en museo y centro cultural.
La obra del maestro del claroscuro, Caravaggio (Michelangelo Merisi, 1571-1610), que data de 1597 y que es considerada como su único mural, se encuentra en el primer piso de la residencia y representa a Júpiter, Plutón y Neptuno en medio a un globo terrestre rodeado por los signos del Zodiaco.
“Ojalá que el Estado la compre y me deje vivir allí”, comenta la princesa, quien ha sido pintora, periodista y hasta modelo para Playboy.
“Siento su presencia (del fallecido esposo) en todas partes. Pasamos momentos muy felices aquí y sacrificamos todo por la villa”, recuerda.
El edificio, en efecto, estuvo deshabitado hasta la década de 1980, cuando ella y su marido lo convirtieron en su residencia.
Según la ley italiana, el gobierno puede ejercer su derecho de compra después de que haya sido adquirida en la subasta por un particular, en un plazo de 60 días desde la conclusión de la venta y ofreciendo el mismo precio de compra.