La crisis por covid-19 ha afectado particularmente a las trabajadoras del hogar por la precariedad en la que laboran. Sin embargo, esta situación ha demostrado que “ocupan un lugar crucial en la respuesta ante la pandemia; cuidan a niñas y niños, personas enfermas y dependientes, contribuyen al mantenimiento de los hogares y son protagonistas en la prevención del contagio”.
Pese a que “el trabajo doméstico remunerado es central para el funcionamiento de los hogares, la economía y la sociedad, 97 por ciento de las trabajadoras del hogar labora en condición de informalidad”, instancias de la Organización de las Naciones Unidas, entre ellas ONU Mujeres, junto con instituciones del Estado mexicano, emprendieron la iniciativa Cerrando Brechas, enfocada en incrementar el acceso a la protección social para las mujeres en México.
Ahora se lanzó la última etapa de la campaña: #eslojusto, que consiste en una serie de testimonios de trabajadoras del hogar que hablan sobre los beneficios de contar con un empleo digno y cómo los empleadores tienen la responsabilidad de respetar y garantizar sus derechos como el contrato por escrito, seguro social, salario digno, jornadas de máximo ocho horas, días de descanso, vacaciones pagadas y aguinaldo, compensación por horas extra trabajadas, así como un entorno seguro, entre otros aspectos.
En el país hay más de 2.4 millones de personas trabajadoras del hogar, de las cuales nueve de cada 10 son mujeres; 95 por ciento no tiene acceso a servicios de salud; 80 por ciento carece de prestaciones laborales, 46 por ciento no disfruta de un aguinaldo u horario fijo. Además desempeña largas jornadas de trabajo y bajos salarios.
La estrategia #eslojusto tiene el objetivo de “concientizar a los empleadores sobre los derechos de las trabajadoras del hogar y posicionar el trabajo del hogar como un trabajo digno”.