Londres. El primer ministro británico, Boris Johnson, afirmó ayer que no renunciará al multiplicarse las exigencias para que lo haga en medio del escándalo por una serie de fiestas en la residencia oficial de Downing Street durante el confinamiento por la pandemia del covid-19.
El gobernante intenta sofocar una revuelta interna de sus propios legisladores, al tiempo que enfrenta pedidos de la oposición para que renuncie.
Johnson, quien en 2019 logró la mayoría más amplia de su partido en más de 30 años con la promesa de “completar el Brexit”, ha ofrecido disculpas en repetidas ocasiones por las fiestas y ha dicho que no estaba al tanto de ellas.
Sin embargo, asistió a lo que dijo que pensaba que era una reunión de trabajo el 20 de mayo de 2020 en la que se había dicho a los participantes que llevaran sus propias bebidas.
“Cada semana, el premier ofrece defensas absurdas y francamente increíbles respecto de las fiestas en Downing Street, y cada semana son desmontadas”, denunció Keir Starmer, líder del opositor Partido Laborista.
Starmer, quien se congratuló por la deserción del legislador Christian Wakeford, que abandonó a los conservadores para unirse a los laboristas, preguntó a Johnson si un premier debe dimitir si engaña al Parlamento.
A la cascada de críticas se sumó David Davis, ex ministro del Brexit, quien durante una sesión de preguntas a Johnson en la Cámara de los Comunes, lo exhortó: “en el nombre de Dios, ¡vete!”
Al preguntarle si dimitiría, el premier respondió: “no”.
En un intento por apagar el fuego, Johnson anunció que a partir el próximo día 27 el uso del cubrebocas ya no será obligatorio, no se recomendará oficialmente el trabajo desde casa y no se exigirá el pase sanitario para tener acceso a los locales nocturnos y a determinadas reuniones multitudinarias.
Para poner en marcha una impugnación del liderazgo, 54 de los 360 diputados conservadores deben escribir cartas de censura al presidente del Comité 1922 del partido.
Hasta ahora, 20 conservadores que ganaron sus escaños en las elecciones nacionales de 2019 planean presentar cartas mostrando su falta de confianza a Johnson, informó el diario Telegraph.
Un análisis de The Times mostró que 58 legisladores conservadores habían criticado abiertamente al premier.
Derrocar a Johnson dejaría a Reino Unido en el limbo durante meses, justo cuando Occidente lidia con la crisis de Ucrania y la quinta economía del mundo se enfrenta a la ola inflacionaria desatada por la pandemia del covid-19, con la inflación británica acelerándose a su máximo en casi 30 años.
Los principales rivales del premier Johnson dentro del Partido Conservador son el ministro de Hacienda, Rishi Sunak, de 41 años, y la ministra de Asuntos Exteriores, Liz Truss, de 46.