Casi 15 años después, las tres huelga mineras estalladas en julio de 2007 (Cananea, Sombrerete y Taxco) permanecen sin solución, mientras la intención gubernamental es que corra el tiempo para que todo “se olvide”. Tres gobiernos federales no movieron ni han hecho nada para resolver el conflicto, pero sí para apoyar y mantener impune al barón de la minería Germán Larrea.
Las tres huelgas (todas en minas concesionadas a Grupo México del tóxico Larrea) estallaron debido a las “constantes violaciones a los contratos colectivos y la falta de seguridad e higiene en sus instalaciones”, pero cerca de 15 años después permanecen sin solución, con una (supuesta) autoridad laboral siempre al servicio de los intereses del barón.
Larrea y sus protectores en el gobierno se han ensañado con los mineros de Cananea, a quienes despojaron de sus empleos de forma por demás infame y dictatorial. De hecho, la perversidad de Grupo México ha llegado a contratar personal de otras partes de la República y algunos centroamericanos, con tal de no dar trabajo a los habitantes de esa ciudad histórica, cuna de la Revolución Mexicana.
No es gratuita la decisión de la sección 65 (Cananea) del Sindicato Minero: bloquear la carretera federal Ímuris-Cananea para exigir al gobierno federal el reconocimiento de la huelga iniciada hace casi 15 años en la ahora denominada mina Buenavista del Cobre. Antonio Navarrete Aguirre, vocero de la sección 65, denuncia que el conflicto “ha sido admitido por la Comisión Interamericana de Derechos Humanos, pero el gobierno de la República (el actual, el de primero los pobres), por medio de la Secretaría del Trabajo, no ha enmendado el daño a los derechos de los mineros, a quienes se arrebató el contrato colectivo de trabajo; en Grupo México son unos violadores y nos han agredido sistemáticamente y hoy se les sigue dando protección” ( La Jornada, Cristina Gómez Lima).
En esos 15 años la Secretaría del Trabajo tuvo cuatro titulares, de los que no se hace ni medio: el inenarrable Javier Lozano Alarcón (con Calderón), Alfonso Navarrete Prida y Roberto Campa Cifrián (con Peña Nieto), y Luisa María Alcalde (con López Obrador), y ninguno movió un dedo para resolver las citadas huelgas, especialmente la de Cananea. De los tres primeros se entiende (al igual que de los gobernadores Padrés y Pavlovich), porque pertenecieron a gobiernos corruptos y gerenciales de la minoría rapaz. ¿Pero del actual y de Alfonso Durazo? Sin duda, el gran error de AMLO (el 29 de julio de 2019 públicamente se comprometió a resolver el conflicto, mediante una mesa de negociaciones) fue dar esa responsabilidad a Luisa María Alcalde, que no ata ni desata, y creer que el ex secretario de Seguridad y Protección Ciudadana era de los suyos.
¿Qué hizo Calderón? Larrea le ordenó (junio de 2010) enviar a la Policía Federal para desalojar a sangre y fuego a los huelguistas (sección 65) de Cananea y desatar una cacería en su contra, quienes denunciaron y documentaron que los uniformados “nos gasearon, balearon, detuvieron y mantuvieron en el cerro hincados y amarrados; hay heridos por arma de fuego y fuerte represión”. Así actuó Borolas para “solucionar” el conflicto, sin olvidar el cúmulo de nuevas concesiones que le entregó al dueño de Grupo México.
¿Peña Nieto? Cuidar las espaldas del barón, “olvidarse” de las tres huelgas –especialmente la de Cananea, principal fuente de la fortuna de Larrea–, mantener impune al zar del cobre de todas las tropelías por él cometidas, que son muchísimas (incluida la del derrame tóxico en los ríos Sonora y Bacanuchi) y otorgarle más negocios, concesiones y jugosos contratos de obra pública.
¿Y López Obrador? En noviembre pasado puso en marcha el Plan de Justicia para Cananea, el cual (versión oficial) incluyó “a todos” los habitantes de esa ciudad… menos a los mineros en huelga, despojados y hostigados permanentemente por Grupo México. ¿Y la huelga? Ni quien la recordara, con todo y que la orden de resolverla, ya, fue del Presidente de la República.
En esa ocasión, Luisa María Alcalde se lavó las manos frente de Andrés Manuel: “con relación a los integrantes de la sección 65 (…) se informa que se ha tenido acercamiento con los trabajadores, el sindicato y la empresa, pero aún no se ha logrado avanzar en la conciliación”. Y se quedó tan tranquila.
Las rebanadas del pastel
En Gobernación no se andan por las ramas, y su titular, Adán Augusto López, comienza a mover fichas para encontrar, ya, soluciones a la huelga en Cananea. No más pretextos.