Ante un 2021 menos vigoroso y revisiones a la baja en las expectativas para 2022, la economía mexicana enfrenta la posibilidad de no recuperarse este año de la contracción de 8.5 por ciento en 2020, provocada por el efecto de la pandemia.
La economía mexicana no alcanzó a recuperar lo perdido durante la pandemia en 2021, ya que el volumen de producción se quedó 3 por ciento por debajo del nivel de finales de 2019 y 4 por ciento por debajo del pico prepandemia alcanzado en el tercer trimestre de 2019. Asimismo, analistas empezaron a reducir sus expectativas a 1.5 y 2 por ciento para 2022, muy lejos de la perspectiva de la Secretaría de Hacienda de 4.1 por ciento para este año.
“Con ello, la economía mexicana se quedó en la cola respecto de otros países latinoamericanos como Chile, Colombia y Perú, que no sólo recuperaron lo perdido, sino que alcanzaron la fase de expansión económica. Así, la mediocridad del crecimiento empeoró en los últimos tres años”, aseguró Alfredo Coutiño, director de Moody’s Analytics.
Añadió que la falta de crecimiento no sólo tiene efectos graves sobre la economía en su conjunto, sino también sobre el bienestar de la sociedad, ya que limita la generación de ingresos y la creación de empleos.
De acuerdo con Julián Fernández, jefe de Bursamétrica, la economía mexicana no alcanzará en 2022 los niveles que tenía previo a la pandemia, por lo que se verán afectados el empleo y la inversión extranjera directa y, a su vez, estará golpeando la actividad productiva del país.
Por un lado, dijo Fernández, ya somos una población económicamente activa más grande y durante estos dos años de pandemia se mantiene la salida de estudiantes de las universidades y ya están buscando trabajo y no se está generando el empleo necesario y esto golpeará fuertemente al crecimiento.
Presiones sociales
Adicionalmente, la cabalgata inflacionaria ha destruido el poder de compra de la población. Todo esto en conjunto genera condiciones para un mayor empobrecimiento de los estratos de menor ingreso y reduce el bienestar de la clase media.
“Vienen otras circunstancias sociales. En donde en nuestro país se están incrementando los precios, por el tema de la inflación, obviamente la situación social se va a poner complicada, pues se incrementa la inseguridad y cada vez más jóvenes estarán demandando empleo, en una economía que no tiene el sostén de toda la población económicamente activa (58.6 millones de personas a noviembre)”, precisó.
El estancamiento económico no puede atribuirse por completo al coronavirus, argumentó el área de análisis de Banco Base, pues hay otras economías que ya terminaron su proceso de recuperación del PIB e iniciaron su expansión económica.
De acuerdo a los especialistas del sector privado encuestados por Banco de México, el principal freno en el crecimiento económico del país es la gobernanza, con la política económica interna y la inseguridad como factores clave.
“El crecimiento por sí solo no soluciona la pobreza, por lo que debe ser acompañado por políticas públicas de contenido social. Pero estas últimas necesitan del crecimiento, porque los recursos públicos son limitados. A cómo van las cosas, el crecimiento promedio en el sexenio no alcanzará uno por ciento, el peor desempeño de los últimos 30 años o de los cinco gobiernos anteriores”, prevé Coutiño.