Como preámbulo a su próxima gira por nuestro país, el cantautor español Nacho Vegas comenta que en su nuevo álbum algunas canciones hacen un llamado a la reconciliación, a la comunión, a la ternura; además, recupera el tono confesional “Que tal vez había abandonado en otros disco anteriores y, que parte de mí, lo reclamaba”.
El nombre de esta nueva producción es Mundos inmóviles derrumbándose y son nueve canciones creadas a partir de la actualidad circundante y sobre todo, del título del álbum; Vegas detalla: “Sentía que estábamos en un momento en el que necesitamos reconstruir muchas cosas, pero para esto, hay que derrumbar esos momentos que revelaban al ser humano dictador y reaccionario que a veces todos llevamos adentro y con quien tenemos que librar batallas si queremos reinventarnos y no ser zombis en vida sino seres que buscan avanzar y transformar su realidad, su vida, el mundo donde viven. Necesitamos derribar ciertos muros para empezar a construir otros y hacerlos desde diferentes trincheras: la íntima y la colectiva. Un poco a esto, se refiere el título del disco que, toca decir, viene de un verso de Marx; no viene del personaje que conocemos todos por su trabajo en la ciencia política, sino del que en su juventud escribía poesía y, gracias a Alberto Santamaría quien me habló de esa época del filósofo, encontré un verso que parece muy profético, los mundos inmóviles destruiré yo mismo. Mi idea era coger el verso completo y el hecho que sea de Marx, tiene que ver con cierta manera de entender el mundo, la vida y cómo podemos cambiar. Esto para mí, es importante”.
El don de la ternura es el corte número tres del álbum citado; allí Nacho canta: Llegarán con mano dura/y perderán la ocasión/de entender que es la ternura nuestro don. A propósito de la palabra ternura en el contenido letrístico de la canción, el autor manifiesta “Creo, que especialmente en estos momentos, la ternura se ha puesto de relevancia porque vivimos la soledad especialmente palpable y dolorosa por momentos; el hecho de no poder tocarnos, abrazarnos y de no despedirnos de nuestros seres queridos como uno quisiera es algo bastante duro y esto nos reveló algo que ya estaba en el aire: lo mucho que nos necesitamos los unos a los otros y que somos seres interdependientes. Los que venimos del mundo del rock muchas veces tenemos estas cosas de rebeldía, de ser cómo autosuficiente, hedonista, pero esto no es excluyente de ser consciente y reconocer que necesitamos a los demás y formar imaginarios colectivos, que al final, es lo que la música popular crea. Y reivindicar conceptos como la ternura es algo necesario; necesitamos de ésta para reconciliarnos en este momento en que el mundo nos presenta su cara más hostil y para reconstruir vínculos afectivos y colectivos que se han visto muy dañados. A veces la ternura es algo que infravaloramos, pero creo que tiene mucha fuerza, es un elemento que no sólo es para apoyarnos mutuamente sino para empoderarnos desde nuestra individualidad, pero también en colectivo. En marzo llevaré esto a México con gente muy bonita, sabia y con una sensibilidad para entender la música; hay intérpretes con los que tocado desde hace años, pero hay otros y otras que será la primera vez que vayan a México. Y no sólo presentaremos Mundos inmóviles derrumbándose, tocaremos canciones antiguas de otros discos. Eso es lo bonito que tienen las giras: pones melodías recientes junto con otras escritas hace tiempo que las reinventas y las cantas como si las hubieras escrito hace poco”.
La gira de Nacho Vegas empieza el 17 de marzo en Guadalajara; serán ocho fechas y cierra el sábado 26 en el Metropólitan de CDMX.