Londres. El premier británico, Boris Johnson, negó ayer haber mentido al Parlamento acerca de las fiestas que se llevaron a cabo en la casa de gobierno, que es también su residencia familiar, en violación de las cuarentenas impuestas por el covid-19, pero cada vez son más los altos funcionarios, incluso de su Partido Conservador, quienes afirman que deberá renunciar si se demuestra que mintió.
Dominic Cummings, ex colaborador de Johnson, dijo antier estar dispuesto a declarar bajo juramento que se le advirtió de antemano al premier que una fiesta en el jardín para el personal de Downing Street en mayo de 2020 violaría las normas de las restricciones por la pandemia.
La semana pasada el premier sostuvo ante el Parlamento que asistió a la fiesta por 25 minutos porque la consideró una reunión de trabajo que no violaba las normas.
En días pasados se informó que la invitación a la fiesta celebrada el 20 de mayo de 2020, cuando el confinamiento pasaba por su más estricta etapa, las invitaciones al festejo provinieron del secretario personal de Johnson, Martin Reynolds.
El gobierno investiga los hechos y debe informar si es cierto que el gobierno organizó veladas hasta la madrugada, fiestas de “trae tu propio alcohol” y “viernes de vinos” en 2020 y 2021 mientras regían las restricciones por el covid-19.
Hasta ahora son siete los diputados conservadores que han entregado su voto de desconfianza a Johnson al comité 1922, que organiza las elecciones a líder del partido, y según el diario The Independent, se espera que otros lo hagan aún antes de que concluya la investigación oficial. El comité requiere 54 votos de desconfianza para emitir una moción de censura interna.
Johnson también debió ofrecer disculpas a la reina Isabel II por otra fiesta que tuvo lugar en el 10 de Downing Street en abril pasado, cuando regía, además del confinamiento, el duelo nacional por la muerte del príncipe Felipe, esposo durante siete décadas de la monarca.
Una encuesta del diario The Independent encontró que 65 por ciento de los votantes totales, y 54 por ciento del electorado conservador, no cree en el gobernante. En total, 80 por ciento de los encuestados estuvieron de acuerdo en que en la administración Johnson se cree que el gobierno está exento de las reglas que se aplican a la ciudadanía.
De los encuestados que mencionaron haber votado por los tories en 2019, 73 por ciento consideró que el gobierno violó el confinamiento y 60 por ciento se manifestaron enojados por las fiestas en Downing Street.
En este contexto, el gobierno sufrió un revés en el Parlamento, donde intentaba dar más poderes a las autoridades para suprimir protestas pacíficas pero disruptivas. Las medidas anuladas habrían dado a la policía derecho a detener y registrar a la gente en manifestaciones sin motivo de sospecha, permitido a las cortes impedir que personas concretas asistieran a marchas y dado competencias a la policía para disolver las que fueran consideradas “demasiado ruidosas”.