Ciudad de México. A punto de cumplir 16 años en litigio, ayer familias de la cooperativa Palo Alto salieron a la calle para evitar que jueces liquiden la sociedad que se formó hace casi 50 años y se escuche a los más de 110 socios que apelaron la solicitud de un pequeño grupo de disidentes que pide la disolución de la asociación, que dejaría a 2 mil familias sin hogar ante la expansión del poder inmobiliario en Santa Fe, que acecha su terreno.
La sociedad de mineros surgió luego de que lograron obtener el terreno, el cual está a nombre de la cooperativa y es usufructuado por los socios y sus familias.
Sin embargo, años atrás, relataron integrantes de Palo Alto, un grupo de 42 disidentes, identificados como los “socios del 96”, tuvieron una oferta económica en la cual cinco se verían beneficios con 150 millones y los 300 socios que forman la cooperativa recibirían 4 millones por la venta del terreno.
Ante esta cuantiosa oferta, señalaron, decidieron disolver la sociedad, pero debido a la negativa de la mayoría acordaron interponer un juicio, que lleva varios años.
Ayer se tenía prevista una audiencia, por lo que decidieron realizar una marcha en defensa de su comunidad, así como exigir que se dé continuidad a los proyectos de construcción que se tienen en marcha y se garanticen los derechos de quienes han apelado contra la disolución.
La cooperativa Palo Alto es una de las primeras asociaciones de vivienda que nació en 1972; se trata, señalaron los afectados, de un proyecto social de ayuda mutua, de autogestión y propiedad colectiva.
En el terreno de más de 46 mil metros cuadrados, ubicado a espaldas del edificio del pantalón del complejo Santa Fe, habitan alrededor de 2 mil familias de hijos de los socios.
En caso de que haya una disolución, estas personas, expusieron, quedarían sin hogar y los socios, muchos adultos mayores, sin posibilidad de irse y empezar en otro lado.
Para los integrantes de la cooperativa es claro que detrás de esa oferta económica está la mafia inmobiliaria, por ello buscan el cambio de integrantes de la comisión liquidadora, que sólo buscan la venta total del terreno sin importarles la situación de indefensión en que quedarían las familias.