A una cantina de algún poblado del norte del país llega Cristy Mahon, quien afirma haber matado a su padre y se convierte en héroe en una región donde “se venera la violencia”.
Este western se recrea en El hombre bravo del pueblo, obra codirigida por Gerardo del Razo y Adela Ibarra, en ella se reflexiona sobre la hostilidad como expresión normalizada en la sociedad, y tendrá funciones del 20 al 23 de enero, en el Teatro Benito Juárez.
En el montaje, explicó la actriz y productora Blanca Leticia Guerra, “se abordan otros temas, como la afirmación de la masculinidad y la hipocresía social”.
La obra se propuso “en la coyuntura del país y del mundo de violencia generalizada e intentamos plantear porqué en esta época la masculinidad se vuelve sinónimo de violencia. Por esta razón, el montaje está dirigido a jóvenes y adultos, pues pensamos que en la adolescencia están más vulnerables a este tipo de conductas sociales y se vuelve un patrón a seguir que deriva en personas poco responsables”.
En escena, precisó, se desarrollan las interrogantes sobre un joven que presume su capacidad para ejercer violencia, como único método para agradar a otros, a la vez, que se plantea la forma en que se entablan relaciones mediante los antivalores, que tienden a crearse en entornos agresivos como el que se vive en varias regiones del país.
Incluso, en ese lugar anónimo donde sucede la trama, Cristy Mahon “comienza a disfrutar de infinidad de bondades que no le corresponden, como ser tratado de manera estupenda, gracias a su violencia; además, hay muchas mujeres detrás de él a las que les atrae la personalidad del hombre bravo”, detalló la artista.
Este individuo, que “viene de un pueblo donde nadie lo valora, es maltratado por su padre y está en situación precaria, pero se transforma cuando llega a un nuevo lugar en el que presume de ser parricida.
“De una persona tímida, sumisa y temerosa se torna arrogante y se jacta de la valentía” de ser un asesino.
Sobre la estética del western, Guerra expuso que se observa tanto en la recreación de una taberna, el vestuario y la música en vivo de Alejandro Carrillo. “Todo es una aproximación al cine de este género, con referentes de películas de Quentin Tarantino o Clint Eastwood”.
La premisa del Colectivo Leviatán, explicó la actriz, se centra en un teatro que desarrolle y discuta ideas sin ser condescendiente ni tratar con ingenuidad al público, sino tener como objetivo la vinculación de manera directa con problemáticas que tienen que ver con la construcción de relaciones entre una juventud que se desarrolla en entornos violentos.
El reparto integrado por Blanca Leticia Guerra, Luna Xiadani, Sergio Canul y Juan Pablo Salazar, se completa con Sergio Mirón en el diseño de vestuario, Abigail Cinco en el diseño de escenografía e iluminación y Alejandro Carrillo en el arte sonoro.
La obra beneficiaria de la beca para producción por los 25 años del Centro Nacional de las Artes (Cenart) y, mediante Blanca Leticia Guerra, receptora del Programa de Apoyo a Proyectos para Niños y Jóvenes del Sistema de Apoyos a la Creación y Proyectos Culturales (Fonca), se ha presentado en foros de Irapuato, Xalapa, Matamoros, Reynosa y Ciudad de México.
El hombre bravo del pueblo, a cargo del Colectivo Leviatán, ofrecerá funciones del 20 al 23 de enero en el Teatro Benito Juárez, ubicado en Villalongín 15, colonia Cuauhtémoc, los jueves y viernes a las 20 horas, sábado a las 13 y 19 horas y domingo a las 13 y 18 horas.