Cuando faltan menos de tres años para que concluya la administración del presidente Andrés Manuel López Obrador en México, hay diversos pendientes, sobre todo en materias económica y social, según observa Alicia Bárcena, secretaria ejecutiva de la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (Cepal).
El primero, detalla en entrevista, es dinamizar el crecimiento económico para superar la tasa que se ha observado en las últimas tres décadas –en promedio de 2.2 por ciento anual– y “que ha sido insuficiente para superar los grandes rezagos sociales del país”. Se suman la necesidad de una “agenda más activa” para transformar la estructura productiva, a través de estímulos a la innovación y “una política industrial más decidida”; aumentar la recaudación para dar soporte a los programas sociales y la inversión, y fortalecer la banca de desarrollo.
Bárcena agrega: “En política social los pendientes son consolidar y expandir la universalidad de los programas implementados por la actual administración, priorizar el financiamiento para un sistema nacional de salud con un gasto equivalente a 6 por ciento del producto interno bruto y avanzar hacia el establecimiento de un sistema nacional de cuidados”.
Los rubros inacabados que Bárcena ubica en México se inscriben en un contexto internacional en el que se recrudecen las condiciones monetarias y fiscales para la recuperación tras la pandemia de covid-19, que han llevado a una recuperación divergente entre las economías de ingresos altos y las emergentes.
Según datos del Fondo Monetario Internacional mientras en las econo-mías avanzadas los estímulos fiscalessumaron 14.9 billones de dólares al cierre de septiembre de 2021, en los emergentes alcanzaron 2.7 billones de dólares, lo que implica mayor presión para las políticas de estímulo.
“En América Latina, en 2021 se observó una tendencia a formular presupuestos que buscaban reducir los déficit fiscales y estabilizar el nivel de la deuda pública. También ha habido asimetrías en la política monetaria donde el grueso de las alzas de tasas de interés se ha dado en las economías emergentes”, explica.
En este contexto, para contener las divergencias se requiere ampliar y redistribuir la liquidez hacia los países en desarrollo, fortalecer la cooperación regional aumentando la capacidad de préstamo y respuesta de las instituciones financieras regionales, subregionales y nacionales, pero también es necesaria “una reforma institucional de la arquitectura de la deuda multilateral”, agrega.
Y es que si bien hubo recuperación durante 2021, “la crisis social persiste y los impactos en pobreza, desigualdad, desocupación, informalidad, y educación serán difíciles de recuperar”. Sólo en materia de salud “la región acumula cerca de una quinta parte de los casos confirmados de covid-19 y un 30 por ciento de las muertes en el mundo, a pesar de tener solamente 8.4 por ciento de la población mundial”, contextualiza Bárcena. “Es crítico controlar la crisis sanitaria”, pues además de las diferencias de vacunación entre estados, la difusión del covid-19 y sus impactos económicos y sociales ese agudizan por los problemas estructurales de la región.”
Una generación perdida
Sólo en educación “existe el riesgo de una generación perdida que debe abordarse con urgencia”, advierte la secretaria ejecutiva de la Cepal.
Detalla que los países de la región llevan en promedio un año académico sin clases presenciales o con periodos extensos de interrupción, mientras los programas de educación a distancia tienen límites y han agudizado las brechas estructurales que ya existían en la región antes de la pandemia, como la digitalización.
En general, considera que dada la coyuntura actual se requiere coordinar políticas monetarias y fiscales, enel lado del gasto vincular las demandas de corto plazo con inversiones de mayor alcance, al tiempo que se mantienen las transferencias sociales de emergencia y políticas proempleo mientras persista la pandemia.
“Las autoridades deben expandir el espectro de instrumentos empleados (monetarios, cambiarios y macroprudenciales) más allá de la tasa de interés, para enfrentar las presiones inflacionarias sin menoscabar los impulsos por recuperar el crecimiento y el empleo”, resume.