La inflación se ha extendido por todo el mundo, alcanzando en algunos países máximos de varias décadas. En el caso de México, los precios al consumidor concluyeron 2021 con un avance anual de 7.36 por ciento, su nivel más alto en 20 años.
El descenso de la tasa anual de la inflación luce como el escenario más probable para este 2022, cuando la mayoría de previsiones la ubican entre 4.20 y 4.70 por ciento, pero no se puede descartar que lo haga a un ritmo menor; en contraste, la posibilidad de que suba más allá del 7.36 por ciento es muy baja.
Sin embargo, para los consumidores una reducción no significa que la tortilla, el pan, el jitomate, el gas doméstico LP, la carne, el pollo, etcétera, vayan a bajar de precio.
Luis Gonzalí, codirector de inversiones en Franklin Templeton México, explicó: “asumamos por un momento que todos los productos de la economía se quedan sin cambio de precios todo el año, entonces la inflación ese año será 0 por ciento. Debe quedar claro que la inflación no es el nivel de precios. No quiere decir que los precios van a bajar cuando decimos que la inflación va a descender este 2022. Lo que quiere decir es que por lo menos no van a subir tan rápido como lo hicieron el año pasado. Los precios van a seguir subiendo, pero lo harán a un ritmo más lento y eso va hacer que la inflación se modere”.
En los bolsillos
¿Por qué se piensa que el Índice Nacional de Precios al Consumidor (INPC) no refleja la inflación que las personas “perciben en sus bolsillos”?
Janneth Quiroz, subdirectora de análisis de Monex, precisó que según el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi), el INPC es un indicador global que mide la variación promedio de los precios de los 299 productos de la canasta que lo componen, medida de manera ponderada con el gasto promedio de los hogares mexicanos, por lo que no coincide con el gasto y las variaciones de precios que enfrentan los productos que consume un hogar en específico.
En 2021, los productos que tuvieron el mayor incremento en precios respecto del cierre de 2020 son: tomate verde, 91.05 por ciento; limón, 90.12; Chile serrano, 68.01; manteca de cerdo, 38.97; aceites y grasas vegetales comestibles, 37.5; gas doméstico natural, 28.44, y gasolina de alto octanaje, 22.07 por ciento, entre otros.
Mientras, los productos que tuvieron el menor incremento de precios respecto del cierre de 2020 son: taxis, 2.06 por ciento; juegos electrónicos, 1.94, y películas, 1.84 por ciento, entre otros.