Kansas City. Patrick Mahomes lanzó para 404 yardas y cinco touchdowns, Travis Kelce atrapó un pase de anotación y mandó otro, y los Jefes de Kansas City enviaron al quarterback de Pittsburgh Ben Roethlisberger a su anticipado retiro con una paliza de 42-21 sobre los Steelers en la ronda de comodines de los playoffs.
Byron Pringle atrapó pases de touchdown de Mahomes y de Kelce, y Jerick mcKinnon y Tyreek Hill también tuvieron recepciones anotadoras mientras los Jefes iniciaban la búsqueda de un tercer viaje consecutivo a la Final de la Conferencia Americana.
Kansas City anotó en seis series consecutivas en la parte medular del encuentro, silenciaron a Roethlisberger y al resto de la ofensiva de Pittsburgh y concretaron una cita el próximo domingo ante Buffalo en la ronda divisional.
Los Bills también tuvieron una cómoda victoria el sábado 47-17 sobre Nueva Inglaterra. Buffalo y Kansas City se enfrentaron entre si en la Final de la AFC de la campaña anterior.
Roethlisberger, quien reconoció esta semana que los Steelers “no eran un muy buen equipo”, tampoco lució muy bien. El pasador de 39 años completó 29 de 44 envíos para 215 yardas y dos pases de touchdown cuando el partido estaba definido, dándole cierto matiz a una carrera que incluye seis viajes al Pro Bowl y dos títulos de Supertazón.
Considerando el marcador final, el primer cuarto fue un festín defensivo. Los Acereros tuvieron 14 jugadas y acumularon 12 yardas, mientras que los Jefes concretaron más yardas en regresos de despeje (70) que desde la línea de golpeo (62).
Con esa tendencia, lo más lógico fue que los primeros puntos del encuentro llegaron por cortesía de la defensiva.
Después del quinto despeje consecutivo de Pittsburgh, inexplicablemente los Jefes colocaron detrás del centro al receptor Mecole Hardman en lugar de su estelar quarterback. Darrel Williams no pudo controlar el intercambio y el balón le quedó a modo a T.J. Watt. El estelar edge de los Acereros recuperó el balón suelto y lo devolvió 24 yardas para un touchdown.
Esa jugada tal vez le abrió los ojos a Mahomes, quien minutos antes había lanzado su primera intercepción en casa en seis partidos de playoffs.
O tal vez solo lo hizo enojar.