Tras una ausencia de 5 años de los escenarios mexicanos, Willie Colón regresa ahora a la Ciudad de México para ofrecer el “último concierto” en la capital a la que dice tenerle un afecto “muy especial” aunque tiene que alejarse porque la altura “y otros factores” afectan su salud.
La vez anterior que se presentó en la Ciudad de México (julio de 2017) venía celebrando 50 años de carrera artística. En aquella ocasión lo vimos, ciertamente, un poco afectado por la altura de la ciudad. De tal manera que en su presentación en el Teatro Metropólitan tuvo que retirarse un par de ocasiones para tomar oxígeno. Lo mismo le sucedió en su segundo acto en el Gran Forum del Sindicato de Músicos.
En esa ocasión nos concedió una entrevista exclusiva para La Jornada (https://www.jornada.com.mx/2017/07/06/espectaculos/a08n1esp) y nos confió por lo que estaba pasando:
“Tengo problemas con las rodillas, mismos que me impiden permanecer mucho tiempo de pie o avanzar largas distancias… son los años (reía). Cumplí 67 y celebro la entrada a los 68, por eso pienso en tener una vida más sosegada. Mi sueño es retirarme a una finquita a criar gallinas y sembrar hortalizas” nos dijo de buen humor. “Es el espíritu guajiro de mi abuelita Toña”.
En ese momento, Willie Colón reflexionaba:
“Pienso que hice todo lo que me permití y hasta lo que no. Si dejé alguna huella en la música e inscribí a otros en ella, no seré yo quien lo diga, ahí están los testimonios de la gente y los materiales impresos. Lo mismo será con mi pensamiento político, en los que unos estarán de acuerdo y otros no (…). Después de 50 años en esto siento que ha sido una vida enriquecedora. He experimentado con otras carreras, otras profesiones, viajado a muchos países, me ha escuchado mucha gente y después de tantas experiencias acumuladas me veo ahora con un peso y un poder que no entiendo. Lo único cierto de todo esto es que sigo con las mismas creencias de igualdad para todos, las mismas con las que desperté a mi oficio”.
Más adelante afirmó: “Quiero escribir más y no viajar tanto. Dedicar más tiempo a la familia y atender proyectos de índole social que he dejado postergados. Uno es la creación de un sistema de promoción cultural que incluye ediciones de libros, discos, programas de televisión y producciones fílmicas para la comunidad latina. Mi inquietud es contribuir a mejorar la imagen del latino y a elevar su autoestima. Necesitamos que nuestra gente se fortalezca espiritual y culturalmente para emprenderla contra ese juego malicioso en el que hemos estado siempre y que se intensificó con la llegada de Donald Trump”.
Nos decía que todas esas tareas las emprendería alejado de la política. “Ya no más con eso. He tenido cargos políticos, he apoyado campañas de políticos y después de haber bregado en ello y de saber lo que sé del tema y sus organizaciones he optado por alejarme de toda esa mierda. Soy apartidista. No creo en nadie. Soy una especie de ateo de la política, porque todo es un juego, una simulación. El propósito de los políticos es tener a la gente peleando entre sí y mientras se está liando a guantazos, ellos se mantienen en su juego de simulacros en el que nada cambia”.
Todas sus experiencias en el ámbito musical, la construcción de la salsa y sus reflexiones las ha compendiado en un libro al que tituló Barrio de guapos, la vida secreta de Willie Colón. “Un proyecto que me llevó 15 años y eso me da mucha satisfacción. Es una suerte de biografía novelada en el que narro la historia de los puertorriqueños en Estados Unidos, desde que llegaron a la fecha. Los antecedentes, los problemas de ser un estadunidense marginado; mi familia, mis amigos, la música, el negocio de ésta; mi vida con Héctor Lavoe, Rubén Blades, mis relaciones con otros artistas y la política. Ya sabes, mis opiniones sobre este último tema me han costado muchas enemistades. Pero son cosas que no puedo dejar de decir. No puedo quedarme callado”.
Willie Colón dice que las despedidas son dolorosas y que alejarse de la Ciudad de México le está costando. “Trabajar en México, un país al que admiro y respeto, me complace siempre, por el público y el cariño con que me reciben. A esta ciudad le tengo un aprecio enorme. Aquí viví una temporada y me involucré mucho en su cultura”.
Willie Colón se dspide este 5 de febrero de la Ciudad de México (no de los otros escenarios) y promete que será una despedida “espetacular” y “antológica”, ya que al recorrido musical de más 50 años de carrera incluirá algunas sorpresas.