Muchos de los elementos de la imagen en el exterior del folclor alemán tienen su origen en el estado de Baviera. Es el más grande y el segundo más poblado de los 16 estados federados y con orgullo se hace nombrar, a diferencia de los demás, Estado Libre de Baviera.
Aunado a su sólida economía –que se reporta por encima de la media alemana–, cuenta con infraestructura turística que recibe, en gran parte, a visitantes del extranjero. La mayor parte de los productores cerveceros son bávaros.
Los prodigios de la naturaleza benefician también a este estado con idílicos paisajes de montaña, lagos y bosques. Baviera es considerado por muchos el estado mas atractivo de Alemania.
De entre sus muchas poblaciones, Oberammergau –con sólo un poco más de 5 mil habitantes– es una especie de pueblo-museo al aire libre que invita al visitante a recorrer sus calles a pie y admirar las fachadas de sus casas decoradas con motivos pictóricos cuyo estilo se denomina Luftmalerei, que podría traducirse como pintura al aire libre.
La originalidad radica en la narrativa de estas fachadas que representan algunos pasajes con motivos religiosos y bíblicos, así como de populares cuentos como Caperucita Roja o la historia de Hansel y Gretel. Son innumerables los motivos y cada calle, cada vuelta y cada esquina trae consigo asombro ante la belleza plasmada a través de varios siglos por artistas locales. El marco sobre el cual se encuentra enclavado este pintoresco pueblo son los Alpes de Bavaria, un elemento más que convierte a Oberammergau en un pueblo idílico e imán turístico.
Otro de los atractivos son las esculturas talladas en madera que ofrecen los innumerables comercios en el casco antiguo del pueblo. Muchos alojan el taller de los artesanos que dan forma a la madera en un oficio que muchos de sus habitantes han heredado de sus ancestros. Destacan entre estos tallados la iglesia barroca de San Pedro y San Pablo, con un altar y más de un centenar de figuras religiosas que compiten en belleza y perfección de esta técnica.
La representación de la Pasión de Cristo por parte de los habitantes es una tradición que se lleva a cabo cada 10 años desde hace más de cuatro siglos. La historia detrás de ella data de 1634, cuando los pobladores prometieron realizar esta representación si se libraban de la epidemia de peste que en ese entonces azotaba Europa.
Se dice que obligadamente y sólo los nacidos en Oberammergau pueden adoptar un papel en este evento que se ha convertido en un atractivo espectáculo que se lleva a cabo en un teatro y para el cual hay que reservar entradas un año antes. La pandemia de covid-19 obligó a Oberammergau a cancelar en 2020 el espectáculo y fue pospuesto para 2022.
Alia Lira Hartmann, corresponsal