El contingente mayor –unas cien personas provenientes de la Universidad de Guadalajara– llegó al grito de: “¡Autonomía universitaria!” Curiosa consigna, pues se trataba de apoyar a una institución, el Centro de Investigación y Docencia Económicas (CIDE), que no es autónoma.
Una hora antes, alrededor de 60 estudiantes, académicos y trabajadores del CIDE se habían reunido a las puertas del edificio. En el piso escribieron con gis: “Álvarez-Buylla, la ciencia no es tuya”.
Fue la consigna más repetida, a la que siguió el sonido de cacerolas y sartenes que golpeaban con cucharas. “Como somos una comunidad pequeña, no nos queda más que hacer ruido”, dijeron.
La voz cantante la llevaron los estudiantes que dirigieron sus baterías contra la directora del Conacyt, Elena Álvarez-Buylla, a quien consideran “representante de la corrupción y la ilegalidad”, también acusaron al gobierno de pretender imponer un “pensamiento único” y atentar contra la libertad de cátedra.
A las 10 horas, Eduardo Múñiz, dirigente estudiantil, informó que la sesión de socios del CIDE, convocada por la titular del Conacyt, había sido suspendida porque dos de los asociados se negaron a participar.
Dicha sesión, según los manifestantes, había sido convocada con la intención de reformar el Estatuto del CIDE para dar legalidad al nombramiento de José Antonio Romero Tellaeche como director de la institución.
Sandra Ley, académica de la institución, dijo que Romero Tellaeche ha ofendido a todos los sectores del CIDE. “A mí me dijo que había venido a cuidarnos la pecera, porque si no, nos la iban a romper”.
Un estudiante abundó: “Ha llamado esponjas a los estudiantes (porque absorben línea de los docentes), blancos privilegiados a los académicos y raza de bronce a los trabajadores”.
Los primeros en hablar habían sido los secretarios generales de los sindicatos de la UdeG y el dirigente de la Federación de Estudiantes Universitarios, Francisco Javier Armenta, quien habló de autonomía y de los sacrificios de la lucha: “Tenemos que aguantar el sol y el frío”.
Para concluir su protesta, estudiantes y docentes hicieron marcha ron hacia el Parque Hundido y celebraron “una pequeña victoria” de una lucha que consideran será larga.