Por supuesto, los pueblos y las naciones originarias de lo que hoy conocemos como Sonora también han tenido sus buenas dosis de genocidio y de guerras de exterminio. Primero entre las cortesías de los españoles, después con los antiguos mexicanos y ahora con nuestro patético racismo contemporáneo, pero en la actualidad sólo sobreviven siete de aquellos pueblos: seris, yaquis, pimas, mayos, guarijíos, cucapás y pápagos. Cada uno con su propia lengua, con sus tradiciones, sus costumbres, sus danzas, sus cantos… pero todos con una identidad en común, todos sabiéndose parte de La Gente del Sol.
Óscar Mayoral, uno de los músicos de jazz más importantes de Sonora, fundador y líder del grupo Stretto desde hace treinta años, sacó en 2021 un nuevo disco: La Gente del Sol. Por medio de una prolongada y profunda investigación de campo, conoció las danzas, los cantos y los rituales de estas siete naciones; visitó, departió y convivió con sus intérpretes, con su música, y se permitió (y le permitieron) hacer otras tantas intervenciones desde su muy particular y académico punto de vista.
Platicamos con Óscar Mayoral, quien desde hace rato nos había comentado sobre sus intenciones para viajar, visitar y aprender de los grandes músicos indígenas de Sonora, pero sus múltiples compromisos entre las instancias culturales, las universidades y los festivales del norte del país, no podía concretar estos propósitos ( La Jornada, 17/09/2018).
“El título de cada uno de los temas incluidos en el disco significa La Gente del Sol en cada una de las lenguas. Hace tiempo te comenté de este proyecto, pero no lo podía concretar. Es una investigación sobre las músicas de los pueblos indígenas de aquí, de Sonora.
“Mi idea fue hacer una suite, así como las europeas, con todas sus danzas. Aquí quise tomar bailes rituales indígenas, por eso se llama Suite sonorense. Trato de preservar su esencia, no hacer lo que se hace mucho en la fusión: imponer el swing sobre algún tema y ya. No. Aquí quise hacer un proceso al revés, como reacción al proceso colonizador: tomar la música originaria e incorporar a ésta los instrumentos occidentales; y sobre los fundamentos del espíritu ritual armar la improvisación.
“Tratamos de no usar las escalas y los modos tradicionales del jazz, de formar un lenguaje alrededor de estas danzas indígenas. No sé hasta qué punto se puede hablar de una fusión. Es una intervención alrededor de las músicas de estos pueblos; y se siente su energía. La experiencia que tuvimos al hacerlo fue esa descarga de energía.
“Los intérpretes que me ayudaron a conocer la música y a traducir, me hicieron ver que este título de La Gente del Sol se traduce a las siete diferentes lenguas de estos pueblos.”
¿Estos músicos ya tienen el disco?
“A todos les compartí el material y ellos lo compartieron con sus gentes cercanas.”
¿Y les gustó el resultado? Sé que al menos en algunas partes de Oaxaca y de San Luis Potosí no les gustan las intervenciones en sus músicas étnicas o folklóricas.
“He tenido muy buenos comentarios, muy buena recepción. Salvo una grabación que hice con mi celular de un ritual, y que se usó en uno de los temas; ahí sí se molestaron, pero yo no sabía que estaba prohibido y… bueno fue un detalle. Éste es un trabajo que se hizo con mucho respeto y con una honda investigación de estas músicas.”
¿Tu trío improvisó espontáneamente sobre la música indígena o la fueron sintiendo, la fueron asimilando previamente?
“Esto fue por medio de un taller. Isaac Peña, el bajista, Emmanuel Sabás, pianista y yo en la flauta estuvimos en talleres dos o tres meses, todos tocando percusiones, escuchando las músicas indígenas y tallereando las formas de improvisación. Nos basamos en un libro de Hernán Ríos, a quien tú conoces, que se llama Más acá de la improvisación.
“En general, la música de estos pueblos es un ritual que habla de seres espirituales y sobrenaturales. Hay también cantos curativos y de un equilibrio con la naturaleza, de pedirle alimento y vida, y de agradecerle con estos cantos.”
Salud.