En el contexto del Día Mundial de Lucha contra la Depresión, la Secretaría de Salud (Ssa) señaló que la pérdida de vidas, restricciones sociales, factores económicos y cambio de hábitos por la pandemia de covid-19 ocasionaron problemas de salud mental como ansiedad, estrés o depresión.
Agregó que la primera Encuesta Nacional de Bienestar Autorreportado, elaborada por el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi), muestra que 15.4 por ciento de la población adulta en el país presentó síntomas de depresión en 2021.
A ello se suma que 23 mil 263 personas llamaron a la Línea de la Vida, donde recibieron asesoría y orientación relacionadas con salud mental. Indicó que la depresión puede aparecer “cuando algo está mal a nivel biológico, mental o social, resultado de las circunstancias en que vive la persona”, detalló la dependencia.
En tanto, el Instituto de Seguridad y Servicios Sociales de los Trabajadores del Estado (Issste) implementó el Programa Integral de Salud Mental en sus más de mil 400 unidades médicas de todo el país, con el propósito de fortalecer acciones para prevenir y atender la depresión.
Pedro Zenteno Santaella, director general del Issste, puntualizó que como parte de este programa se instaló en el Hospital General Tláhuac la primera unidad hospitalaria de salud mental con 15 camas, donde se atienden urgencias de pacientes con problemas siquiátricos y sicológicos agudos.
La jefa nacional de Salud Mental de la Dirección Normativa de Salud del Issste, Lucía Ledesma Torres, señaló que debido a la emergencia sanitaria por covid-19 se incrementó la atención a trastornos mentales de 20 a 50 por ciento, por lo que se fortaleció la estrategia de prevención, tratamiento y alerta para atender el aumento de casos.
La Organización Mundial de la Salud estima que al menos 450 millones de personas en el planeta enfrentan la depresión, la cual ocasiona pérdida de ánimo, de la percepción del placer y de lo que representa la seguridad de vivir.
Hace que se pierda el interés en las actividades habituales; cambia la interpretación de la vida y la capacidad de planear y dar continuidad a planes y proyectos; genera tristeza persistente y falta de interés o placer en actividades que antes eran gratificantes o agradables.