Más de cinco años después de la firma del acuerdo de paz entre el Estado colombiano y la guerrilla de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC), más de 90 por ciento de los ex guerrilleros que se desmovilizaron siguen acogidos al proceso de paz y más de la mitad de ellos ya están involucrados en proyectos legales, de acuerdo con Carlos Ruiz Massieu, jefe de la Misión de Verificación de la Organización de Naciones Unidas (ONU) en Colombia.
En entrevista, el diplomático mexicano expresa que le preocupa, sin embargo, que la violencia se recrudezca en el contexto de las elecciones presidenciales de mayo y que la implementación de los acuerdos se vea ralentizada.
Ruiz Massieu, cuyo mandato de vigilar que se cumpla el acuerdo de paz de 2016 entre el gobierno y las FARC fue recientemente ampliado por el Consejo de Seguridad de la ONU por un año más, considera que el proceso ha tenido significativos logros y avances, pero que también enfrenta retos.
Entre los primeros, el diplomático cuenta que las FARC son hoy un partido político que participa activamente en la vida democrática colombiana, que hay una justicia transicional, cuyo principal pilar es la reconciliación nacional y la verdad.
Como parte de los logros, Ruiz Massieu, enlista que el Estado colombiano ha hecho inversiones en territorios afectados por el conflicto en los que no había tenido presencia por más de 50 años.
La seguridad y la violencia, reconoce, siguen siendo aún temas muy complicados y representan grandes desafíos para la implementación del acuerdo.
“Ha habido más de 300 ex combatientes asesinados después de que dejaron las armas, centenares de líderes sociales asesinados también. Si bien luego de la firma del acuerdo hubo una importante reducción de la violencia, últimamente ha vuelto a subir porque se esperaba que el Estado llegara a esos territorios de manera integral: con fuerza pública, con instituciones civiles y programa sociales, pero no ha llegado de la manera en que se esperaba”, dice.
Otros de los retos están relacionados con reformas en materia política y de la tierra, que para Ruiz Massieu aún requieren “más empuje”, pero subraya que se trata de un proyecto de paz a 15 años, así que “todavía falta”.
El representante de Naciones Unidas expresa que hoy la gran prioridad en lo que toca a la misión que le fue encomendada es que la violencia no resurja en el contexto electoral.
“Lo que más nos preocupa son dos temas: uno, las medidas para que la reincorporación política de la ex guerrilla se pueda seguir dando de la mejor manera para que todos los partidos políticos puedan hacer política en todo el país, especialmente en los territorios que han sido históricamente afectados por el conflicto y, dos, que la implementación del acuerdo continúe en estos meses”.