Bruselas. Representantes de la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN) y Rusia discutieron ayer en Bruselas, cara a cara, sus diferencias en materia de seguridad, en un encuentro que no logró avances concretos en la búsqueda de desactivar la crisis en la frontera ruso-ucrania.
Al final de la jornada, Jens Stoltenberg, secretario general de la alianza, constató “diferencias significativas” entre ambas partes y admitió “que no serán fáciles de conciliar”. Apuntó que “es una señal positiva que todos los aliados de la OTAN y Rusia estén sentados en torno a la misma mesa y se hayan comprometido en varios temas”.
Según Stoltenberg, en la reunión la alianza propuso a la parte rusa, encabezada por el vicecanciller Alexander Grushko, acordar una serie de reuniones temáticas, aunque los enviados explicaron que precisarían de tiempo para ofrecer una respuesta.
Señaló que estaba dispuesto a hablar con Rusia sobre el control de armas y el despliegue de misiles, pero que no permitiría que vete la ambición de Ucrania de unirse a la alianza, al advertir del riesgo real de una nueva guerra en Europa. Reiteró que cualquier uso de la fuerza rusa sobre terreno ucranio sería un grave error político por el que pagaría un alto precio.
Rusia niega tener un plan militar para invadir, como acusa Occidente, pero argumenta que necesita una serie de garantías para su seguridad, que incluye el cese de cualquier otra expansión de la OTAN y la retirada de las fuerzas de la alianza de las naciones de Europa central y oriental que se unieron a ella después de la guerra fría.
Grushko comentó que “la conversación fue franca, directa, profunda, intensa, pero al mismo tiempo reveló un elevado número de diferencias en cuestiones fundamentales”. Para el diplomático, la ampliación de la alianza en la región “no resolverá ninguno de los problemas de seguridad”, y por ello consideró urgente el cese la expansión.
“Las medidas que proponemos mejorarán no sólo la seguridad militar de la federación de Rusia sino también la seguridad de los propios países miembros de la OTAN”, destacó.
Wendy Sherman, subsecretaria de Estado de Estados Unidos, afirmó que Rusia vino a la reunión “a presentar sus preocupaciones” en materia de seguridad, pero que ahora tenía el desafío de responder a la oferta de la OTAN de realizar una serie de reuniones.
Sherman informó antier a Stoltenberg sobre las conversaciones que mantuvo con el viceministro ruso del Exterior, Sergei Riabkov.