Los laboratorios que realizan pruebas para detectar el coronavirus proliferaron en el país y sin una regulación los precios se rigen por la oferta y la demanda. Todos los establecimientos deben contar con licencia de funcionamiento y utilizar los exámenes autorizados por la Comisión Federal para la Protección contra Riesgos Sanitarios (Cofepris), aunque expertos aseguran que se han encontrado pruebas piratas, sobre las cuales no hay certeza de su efectividad.
Al inicio de la pandemia, los exámenes sólo se podían realizar en instalaciones de instituciones públicas de salud, universidades y algunos privados que acreditaron sus procedimientos ante el Instituto de Diagnóstico y Referencia Epidemiológica (Indre). Después, en febrero de 2021, ante la creciente necesidad y demanda de pruebas, este organismo informó que previa capacitación, los establecimientos privados podrían realizar los estudios.
Respecto a los precios, en el país es inexistente la regulación en esta materia, por lo que se determinan de acuerdo con la demanda y otros criterios, como los “beneficios” adicionales que promueven las empresas, varias de las cuales se anuncian incluso en redes sociales.
De ahí la disparidad en los costos del estudio, sobre todo en la actual etapa de proliferación de contagios a causa de la variante ómicron del virus SARS-CoV-2. Debido a su alta capacidad de transmisión, en las últimas semanas se incrementó la búsqueda de este tipo de pruebas. Por eso, a diario se forman largas filas, sobre todo en los sitios donde el costo es menor o incluso gratis, como en los kioscos a cargo del Gobierno de la Ciudad de México y unidades médicas del sector salud.
En el ámbito privado, las cadenas de farmacia ofrecen la prueba rápida de antígeno con los precios más bajos, entre 200 y 300 pesos. Hasta el mes pasado, en varios de estos negocios era posible obtener una cita y acudir, con día y horario, a realizar el estudio. Recientemente, por la elevada demanda, no es posible hacerlo así. En algunos casos, las farmacias informan a los usuarios sobre retrasos en la atención, mientras otros recomiendan acudir a formarse a las sucursales donde se cuenta con los equipos para el examen.
Diversas empresas ofrecen realizar la prueba rápida a domicilio de 400 a 500 pesos en promedio, aunque puede costar hasta 900 pesos, lo mismo que en hospitales privados. En tanto, información de la Cofepris advierte a la población sobre la importancia de verificar que los exámenes que se practiquen cuenten con la autorización para su uso.
Hasta el 30 de junio de 2021, la agencia reguladora había validado el uso de 102 pruebas, de las cuales 82 son moleculares y 20 de antígenos.
La lista completa está disponible en la página: https://www.gob.mx/cofepris/acciones-y-programas/pruebas-autorizadas-para-covid-19?state=published
Además, la Cofepris solicitó a los fabricantes de pruebas que le proporcionen información actualizada sobre la sensibilidad de los estudios para detectar el virus SARS-CoV-2. Esto, como parte de las acciones de revisión de los exámenes autorizados hasta ahora, indicó el organismo.