En el curso de los pasados seis años, el valor de la canasta alimentaria –que se utiliza como referencia para marcar la línea de pobreza extrema por ingresos– ha subido cerca de 50 por ciento tanto en zonas urbanas como rurales del país, señaló el Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social (Coneval).
Al dar a conocer un análisis reciente sobre el tema, el organismo indicó que, de enero de 2015 a diciembre de 2021, el valor monetario de la mencionada canasta –considerada como el conjunto de alimentos suficientes para satisfacer las necesidades de un hogar promedio de cuatro integrantes– se elevó de 982.68 pesos a mil 463.43 en las áreas rurales, lo que significó un aumento de 48.9 por ciento.
Por lo que se refiere a las zonas urbanas del país, el Coneval detalló que el mencionado indicador en el mismo periodo aumentó de mil 297.30 pesos a mil 901.66, equivalente a un alza de 46.5 por ciento.
En sus ejercicios de medición multidimensional de la pobreza, el Coneval define dos líneas de precariedad: la de pobreza extrema por ingresos, que equivale al valor monetario de la canasta alimentaria por persona al mes, y la de pobreza por ingresos, igual al valor de la canasta alimentaria más la no alimentaria –productos básicos, pero no indispensables– por persona al mes.
Por otra parte, el organismo dio a conocer la más reciente actualización mensual del costo de la canasta alimentaria e indicó que de noviembre a diciembre de 2021, este indicador pasó de mil 447.57 pesos a mil 463.43 en el ámbito rural, lo que significa un incremento de 1.1 por ciento.
Asimismo, en las zonas urbanas –localidades de 2 mil 500 habitantes o más, según los criterios del Coneval–, el valor de la línea de pobreza extrema pasó de mil 879.04 pesos a mil 901.66 en el mismo periodo, equivalente a un alza de 1.2 por ciento.
Al hacer una comparación anual, el organismo puntualizó que el valor de la canasta alimentaria subió 12 por ciento de diciembre de 2020 a diciembre de 2021 en las zonas rurales, mientras ese mismo indicador se elevó 11 por ciento de un año a otro en las regiones urbanas.