Seúl. Corea del Norte probó con éxito un misil hipersónico en presencia de su líder, Kim Jong-un, confirmaron ayer las agencias de noticias oficiales del país, el segundo lanzamiento de este tipo realizado en menos de una semana, y ejecutado horas después de haber disparado un misil, al parecer “balístico”, hacia el mar del Este.
El nuevo misil, que transportaba una “ojiva hipersónica de planeo, alcanzó un objetivo a mil kilómetros”, aseguró la agencia KCNA, difundida en Seúl, y detalló que este ensayo “confirma el excelente manejo de la unidad de combate hipersónico”.
Fotos publicadas en el portal de Rodong Sinmun, el diario oficial del Partido de los Trabajadores, en el poder, muestran el disparo del misil, en la madrugada, ante la mirada del dirigente norcoreano rodeado mandos militares.
La defensa sudcoreana consideró que ese disparo había alcanzado una velocidad hipersónica y muestra claramente el “avance” respecto del realizado la semana pasada.
Los misiles hipersónicos vuelan a la velocidad Mach 5 (más de 6 mil kph) e incluso más, y pueden cambiar de rumbo en pleno vuelo, lo que hace difícil detectarlos.
El lanzamiento ocurre luego de que seis países, incluidos Estados Unidos y Japón, apremiaron a Corea del Norte a cesar las “acciones desestabilizadoras” antes de una reunión del Consejo de Seguridad de la Organización de Naciones Unidas (ONU) para discutir la prueba del misil.
Francia, Reino Unido, Irlanda y Albania se unieron a ese llamado y pidieron a Pyongyang “participar en un diálogo conducente a nuestra meta compartida de una desnuclearización completa”.
Estados Unidos también condenó el lanzamiento que un portavoz del Departamento de Estado calificó de “amenaza para los vecinos de Corea del Norte y para la comunidad internacional”.
El presidente sudcoreano, Moon Jae-in, externó su preocupación por el último lanzamiento.
Horas antes del anuncio norcoreano, el Estado Mayor Conjunto de Corea del Sur reportó la detección “de un posible misil balístico disparado por Corea del Norte en tierra hacia el mar del este”. El proyectil cayó en el mar fuera de la zona económica exclusiva de Japón.
El nuevo lanzamiento fue condenado por el Departamento de Estado de Estados Unidos, que lo calificó de “amenaza para los vecinos de Corea del Norte y para la comunidad internacional”.
El secretario general de la Organización de Naciones Unidas, Antonio Guterres, se mostró “muy preocupado” por este disparo y llamó a los dirigentes de ese país a cumplir con sus obligaciones internacionales.
El diálogo entre Washington y Pyongyang se mantiene estancado tras el colapso en 2019 de las conversaciones de Kim con el entonces presidente Donald Trump.
La administración de Joe Biden ha expresado su disposición a reunirse con autoridades norcoreanas, al tiempo que insiste en su desnuclearización.
Sin embargo, Pyongyang ha descartado la propuesta y más bien acusa a Washington de mantener políticas “hostiles”.