Berlín. Alemania necesitará de una migración a gran escala para evitar que la escasez de mano de obra socave su productividad y ponga en peligro el éxito de su transición energética, declaró ayer el ministro de Economía, Robert Habeck. Esto, cuando se reporta que más de 200 mil indocumentados llegaron a la Unión Europea (UE) el año pasado, la cifra más alta desde 2017.
“Hoy tenemos 300 mil puestos de trabajo vacantes y esperamos que la cifra aumente a un millón o más”, sostuvo Habeck en conferencia de prensa. “Si no cerramos esa brecha, tendremos verdaderos problemas de productividad”.
El Instituto de Economía Alemana calcula que la población activa se reducirá en más de 300 mil personas este año, ya que el país cuenta con más trabajadores mayores que se jubilan que jóvenes que se incorporan al mercado laboral.
Se prevé que esta diferencia se amplíe a más de 650 mil en 2029, lo que dejará un déficit acumulado de personas en edad de trabajar en 2030 de aproximadamente 5 millones.
A pesar de la pandemia del covid-19, el número de alemanes con empleo aumentó a cerca de 45 millones en 2021.
Tras décadas de bajas tasas de natalidad y una migración desigual, la disminución de la población activa supone una bomba demográfica para el sistema público de pensiones, en el cual un menor número de empleados tiene que cargar con la tarea de financiar los ingresos de una masa creciente de jubilados que disfrutan de una mayor esperanza de vida.
En tanto, más de 200 mil migrantes llegaron a la Unión Europea el año pasado, la cifra más alta desde 2017, anunció ayer Frontex, la agencia europea para las fronteras.
La cifra es 57 por ciento más alta que en 2020, año en el cual las restricciones impuestas por la pandemia redujeron la llegada de migrantes, agregó la agencia.
