Guadalajara, Jal., Más de tres años después de que empezó la administración que encabeza Enrique Alfaro, de Movimiento Ciudadano, la Contraloría de Jalisco por fin detectó un quebranto de casi 2 mil millones de pesos al patrimonio de los 120 mil burócratas que cotizan en el Instituto de Pensiones del Estado de Jalisco (Ipejal), producto de malas inversiones, incumplimiento de la normatividad y falta de planes de acción, cometidos por funcionarios del anterior gobierno estatal, que encabezó el priísta Aristóteles Sandoval.
Ayer se dio a conocer que el pasado 21 de diciembre la Contraloría presentó ante la Fiscalía Anticorrupción nueve denuncias e inició procedimientos de sanción administrativa contra quienes resulten responsables de los delitos de fraude, uso ilícito de atribuciones y facultades y ejercicio indebido del servicio público.
El quebranto habría sido resultado de inversiones realizadas por el Ipejal en las empresas Abengoa de México y Transporte Marítimo Mexicano (TMM), que “en conjunto (suman) 2 mil millones de pesos”, sin verificar criterios de rentabilidad, vulnerando los principios de seguridad, rendimiento y liquidez para el portafolio de inversiones del propio instituto.
Además, se investigan otras 24 inversiones con empresas que operan en mercados financieros por montos cercanos a 700 millones de pesos más, aun cuando algunas no estaban avaladas por las tres agencias calificadoras internacionales. Esto sería expuesto en una ampliación de la denuncia “y la terminaremos en un mes a más tardar”, dijo Alfaro en rueda de prensa.
La contralora Teresa Brito puntualizó que la inversión en Abengoa fue de 344 millones de pesos durante el ejercicio 2015, mientras TMM recibió del Ipejal mil 626 millones en 2011, 2012 y 2016.
Desestimaron advertencias
Según Brito, existen documentos de la Bolsa Mexicana de Valores y calificadoras internacionales en los que se advertía de los riesgos de estas inversiones, lo que no impidió que se hicieran las operaciones, rebasando incluso el monto especificado en el reglamento del Ipejal.
Entre las anomalías destacan el incumplimiento de la calificación mínima aceptable para invertir, carencia de planes en caso de fluctuaciones negativas, ignorar los riesgos implicados en los procesos judiciales que enfrentaba TMM y en la quiebra de Abengoa.