Una menor demanda externa derivada de la desaceleración de la economía de Estados Unidos incidirá en menores tasas de crecimiento en México, al tiempo que la política monetaria intenta frenar la inflación en el país y en el ámbito fiscal se mantienen las medidas de austeridad, expuso el Banco Mundial.
En la actualización de su informe Perspectivas económicas mundiales, el organismo no reportó cambios en sus estimados de crecimiento para la economía mexicana: prevé que este año el país avance 3 por ciento y que el siguiente lo haga a 2.2 por ciento, luego de una expansión de 5.7 por ciento durante 2021.
Para la economía mundial, también advirtió una “marcada reducción” en el crecimiento, al pasar de 5.5 por ciento en 2021 a 4.1 en este año y a 3.2 por ciento el siguiente; esto “a medida que la demanda reprimida se disipe y vaya disminuyendo el nivel de apoyo fiscal y monetario en el mundo”, lo que ampliará el riesgo de un “aterrizaje brusco” para las economías en desarrollo, añadió.
“La economía mundial está entrando en una pronunciada desaceleración en medio de las nuevas amenazas derivadas de las variantes de covid-19 y el aumento de la inflación, la deuda y la desigualdad de ingresos, lo que podría poner en peligro la recuperación de las economías emergentes y en desarrollo”, expuso el Banco Mundial.
Tan sólo para América Latina y el Caribe, se proyecta que el crecimiento sea de 2.6 por ciento este año y de 2.7 por ciento el siguiente. No obstante, en 2023 el producto interno bruto (PIB) regional todavía estará más de 4 por ciento por debajo de la tendencia que había antes de la pandemia.
“Esto refleja una política fiscal y monetaria más restrictiva, una reintegración lenta de los trabajadores al mercado laboral, una demanda externa más suave a medida que se desacelera el crecimiento en las principales economías mundiales y el desvanecimiento del apoyo del aumento de los precios de las materias primas en 2021”, explicó el organismo.