Infinito es un álbum de Amanda Tovalin creado durante el aislamiento y “producido totalmente en casa, pero inspirado en distintos estados mentales, sentimientos, de los cuales no acostumbramos hablar”.
Es un proyecto de grabación en el que la artista experimenta con “los loops, las colaboraciones a distancia y las letras registran distintos pensamientos que transitaron por mi cabeza en el confinamiento”.
La cantante, violinista y compositora comentó que se trata del disco más arriesgado de su carrera, pues “es una trilogía musical basada en varios estados anímicos, entendiendo que son un bucle infinito, donde la tristeza y la alegría son sólo temporales. Además reúne una serie de cortes con colaboraciones de músicos experimentales”.
Tovalin es reconocida por explorar en sus canciones elementos del folclor latinoamericano, jazz y música contemporánea.
El material fue grabado en su totalidad en el homestudio de Tovalin y coproducido por su pareja Alonso Magaña.
La cantautora comentó: “La pandemia nos exacerbó la soledad, la melancolía y el ego, entre otras emociones, que surgieron en la primera semana de aislamiento. A la vez, esta producción es de colaboración, hecha a distancia con 13 músicos invitados”.
El resultado es un disco “muy honesto y ecléctico, pero muy experimental. Está inspirado en la idea de que en redes sociales no se nos permite hablar libremente de temas que no sean la felicidad o el éxito.
“Siempre que uno accede a esos formatos virtuales, pareciera que todo está bien, tranquilo y todo son sucesos positivos.”
En este sentido, “quiero decir a la gente que está bien sentirse a veces tristes o ansiosos; que estas emociones, que quizá no son aceptadas socialmente, nos hacen humanos”.
Sobre el tema Ego, elaborado en colaboración con Violeta García, cuyo video se estrenó el 11 de enero, “es el capítulo final de la trilogía Infinito, en cuya pieza, se retrata al ego como un ser seductor y oscuro que dice abiertamente que sólo busca la aprobación y hacernos infelices; al mismo tiempo sabe que no podemos vivir sin él, lo que hace de esta canción una plática abiertamente seductora”.
El papel de los instrumentos de cuerda en esta canción es prioritario y la compositora se apoyó en Manuel Velázquez, quien, desde Lituania hizo los arreglos.
Amanda Tovalin presentará en vivo el 2 y 20 de febrero su nueva producción en el foro del Tejedor (Álvaro Obregón 86, colonia Roma).