Ciudad de México. Los macrokioscos instalados en diferentes puntos de la Ciudad de México se vieron desbordados por la presencia de cientos de personas que presentaban algún síntoma, querían descartar un posible contagio de covid o necesitaban cumplir con este trámite exigido en su trabajo.
Muchos de ellos, sin embargo, tuvieron que esperar otro momento para realizarse la prueba, y los menos la pagaron en farmacias, laboratorios particulares y módulos habilitados en vía pública para descartar la presencia del virus en su cuerpo.
Con síntomas de resfriado, dolor de garganta, ronquera, fiebre o dolor muscular, la gente se dio cita en alguno de los 11 macrokioscos instalados en explanadas delegacionales, afuera de la estación del Metro Etiopía o parques.
Desde la medianoche del lunes, las personas empezaron a formarse frente a la entrada del kiosco instalado en la explanada de la alcaldía de Gustavo A. Madero, en busca de una de las mil fichas que fueron entregadas a partir de las 8 horas.
El personal de la administración capitalina desplegado en el lugar explicó que la prueba es la misma utilizada hace varios meses, pero “el número de personas que acudió el lunes y este martes se desbordó”.
José y Teresa comentaron que llegaron a las 6 de la mañana para “garantizar una ficha, porque a fuerza tenemos que presentar el resultado de la prueba en nuestro trabajo, que es de servicios, aunque el gobierno había dicho que no era necesario”.
La fila para obtenerla “es impresionante porque detrás del edificio de la alcaldía hay como cinco y a sus costados otras tres, en viborita, y veo difícil que me hagan el hisopado, pero mi cuñado me dijo que si me quedaba, me daban ficha para el miércoles y estoy confiando”, señaló Juan.
El dolor de garganta, el aumento de temperatura y el dolor muscular llevó a María a acudir con sus hijos a la explanada, porque “tengo miedo de estar contagiada después de las fiestas navideñas e infectar a mis hijos, pero esperamos alcanzar una ficha”.
Como ellos, otros esperaban “tener suerte”, porque en las clínicas del IMSS y del Issste “no las están haciendo y necesitamos el comprobante para trabajar y no nos descuenten el día, pues no tenemos dinero para pagar la prueba en una farmacia o laboratorio”, dijeron.
Las recomendaciones del gobierno a los patrones de no exigirla, afirmaron Lety y Gustavo, son mentira. “Tendremos que ir a una farmacia o laboratorio a hacérnosla, pues es obligatoria y este ómicron es muy contagioso, y si no lo traíamos, con tanta gente aquí, ya nos infectamos”.
Una situación similar se observó en el macrokiosco instalado afuera de la estación Etiopía del Metro, donde las pruebas fueron fácilmente superadas en número por las personas que acudieron, por lo que llamaron a las autoridades capitalinas a incrementar la entrega de reactivos.
También en farmacias y laboratorios particulares se observó una gran demanda. Isela Segura se trasladó desde Las Águilas, en Álvaro Obregón, a Benito Juárez a realizarse la prueba PCR, cuyo resultado fue positivo.
La mujer de 55 año narró que “primero no lo crees, te convences, estás segura que es un error y cuando lo asimilas, el miedo es que crees que vas morir”. Confió que en la siguiente prueba, que se hará en 10 días, el virus haya desaparecido.