Mazatlán, Sin., Trabajadores de la empresa ICA que construyen la presa Santa María en el municipio de Rosario comenzaron a cerrar el cauce del río Baluarte sin avisar a los habitantes de la comunidad que da nombre al embalse, quienes aún no han sido reubicados en otro centro poblacional, pues no han sido concluidas 58 casas, la clínica ni la red de agua potable de la comunidad donde residirán, informó Leónides García, presidente del comisariado ejidal.
Indicó que las familias a ser reubicadas están preocupadas por el incremento del nivel del Baluarte, que los podría dejar aislados, pues la única salida para llegar al centro de Otates, donde estarán sus nuevos hogares, a cinco kilómetros de sus viviendas originales, es un puente que atraviesa el río Plomosas.
García exigió a la administración estatal, que encabeza el gobernador Rubén Rocha, que agilice los trabajos para que se terminen sus casas y se instalen servicios públicos. Expuso que al desviarse el Baluarte se inundaron los veneros de donde se extraía agua para consumo humano, y ahora los pobladores deben buscarla en sitios lejanos.
Destacó que los lugareños acordaron salir juntos a su nuevo pueblo, y esperan que en una próxima visita del presidente Andrés Manuel López Obrador a Sinaloa le entreguen una lista de las necesidades del nuevo asentamiento.
García consideró que el gobierno estatal e ICA tienen que apresurar los trabajos y por eso se desvió el río, pero los residentes sienten temor porque no recibieron aviso.
Juan Silva, ex presidente de bienes comunales de Santa María, aseguró que desviar el río perjudicó a los habitantes de los alrededores, quienes tienen dificultades para llegar a sus ranchos en auto, debido al incremento del nivel del agua, por lo que dejan sus vehículos estacionados en las laderas del Baluarte, el cual todavía pueden cruzar a pie.
El gobernador Rocha y la alcaldesa de Rosario, Claudia Valdez, visitaron Otates el pasado 21 de diciembre, celebraron una posada con piñata y dulces, además de que repartieron cobertores.
En esa ocasión, Rocha prometió a los habitantes de Santa María que se les hará justicia y no residirán en un “pueblo de segunda”, pues si bien es común que las comunidades donde se construyen presas son los menos beneficiados, en su gobierno “todo será diferente”, porque al presidente López Obrador le interesa el proyecto del embalse, con el que se espera generar riqueza en el sur de la entidad.
La presa Santa María empezó a edificarse en 2015 y se esperaba terminarla en 2018 con una inversión de 7 mil 700 millones de pesos. Su finalidad es irrigar 24 mil 250 hectáreas de los márgenes del río Baluarte para impulsar el desarrollo de la región.
Los pobladores alegaron que no se les ofrecieron indemnizaciones justas, y con el amparo 537/ 2019 lograron que los trabajos se suspendieran en agosto 2019. Se reanudaron en diciembre de 2020, luego de que el entonces gobernador Quirino Ordaz Coppel acordó con comuneros edificar 119 casas y entregarles compensaciones.
En septiembre de 2021, Andrés Manuel López Obrador visitó las obras y anunció que concluirían en 2023.