Chilpancingo, Gro. Representantes de comunidades indígenas demandaron “el desmantelamiento de los grupos narco-paramilitares y frenar a quienes los protegen, para que la violencia se vaya de nuestros pueblos”, durante una reunión que tuvieron en el poblado de Alcozacan, municipio de Chilapa de Álvarez, con representantes de la Comisión Nacional de los Derechos Humanos (CNDH) y autoridades de los tres niveles de gobierno.
El Concejo Indígena y Popular de Guerrero-Emiliano Zapata (Cipog-EZ) informó que el encuentro tuvo lugar el fin de semana, “tras muchas muertes, desapariciones, torturas e incontables denuncias y llamados para detener el exterminio del que somos víctimas. Los pusimos al tanto de la situación de guerra y muerte que vivimos.
“Es importante para nuestros pueblos que la violencia pare, pues va de por medio la vida de las comunidades. La palabra siempre será nuestra prioridad; esperamos que también valga para nuestros interlocutores”, manifestó.
Expuso que en la reunión, a la que acudieron también representantes de la Secretaría de Gobernación, “dejamos claro que no bajaremos la guardia, pues sabemos que (el grupo criminal) Los Ardillos nos ha atacado ante una eventual iniciativa que posibilite la paz en nuestros territorios; nos provoca y deja claro que vive de la muerte y el sufrimiento de los pueblos”.
El Cipog-EZ reprochó que “los malos gobiernos se han empeñado en traicionar una y otra vez su palabra, en reuniones semejantes y con promesas semejantes”.
Por ello, pidió que a partir de este diálogo con funcionarios de la CNDH y de los tres niveles de gobierno, y el acuerdo de mantener mesas de trabajo, “la respuesta de las autoridades no se deje para el futuro, sino que las acciones sean inmediatas, pues está de por medio la vida de nuestros hermanos.
“No es la única vez que se hace pública nuestra situación; apelamos a que esta vez sus oídos y mirada estén atentos y que la palabra que vinieron a ofrecer sea honesta. Ustedes saben ya dónde se encuentran quienes nos asesinan, también quiénes han siso omisos frente a los crímenes”, demandó.
“Quienes llegaron a la reunión no son funcionarios con quienes se pueda tener una reunión de carácter resolutivo y no trajeron ninguna propuesta. No quisiéramos pensar que sólo vinieron para la foto o a hacer como que hacen”, advirtió.
Resaltó que “si hay diálogo, es por la gestión de la CNDH y principalmente por la resistencia de nuestra organización; no somos un botín político y no entramos en su hashtag #TransformandoGuerrero, ni en campañas para beneficiar al gobierno en turno. Si algo somos, es supervivientes de una guerra de exterminio y con eso no se juega.
“No hay nada que celebrar en estas reuniones, pues el dolor y la muerte no deberían servir para favorecer a algún partido o funcionario ni para celebrar que se hace lo que se tiene que hacer, sino para evidenciar que hasta el día de hoy a nadie la ha interesado nuestra situación como pueblos indígenas y eso es el resultado de que la clase política y autoridades no han hecho su trabajo como servidores públicos. No queremos más palabras vacías ni promesas incumplidas”, concluyó.
En la mesa participaron Rodrigo Medina, comandante del 50 Batallón de Infantería, con sede en Chilpancingo; Bianca Berenice Trujillo, directora de la primera visitaduría general de la CNDH, y Arely López, de la cuarta visitaduría general de la CNDH, así como abogados del colectivo Abajo los Muros de las Prisiones.