En la primera mañanera de 2022 el presidente López Obrador subrayó que los empresarios (se refirió a los más ricos) “no se pueden quejar de que se les ha afectado”, porque “requetesaben que les ha ido bien a pesar de la pandemia; nada más es cosa de ver los resultados de la Bolsa Mexicana de Valores o las ganancias en bancos; una cosa es lo político, lo ideológico, y otra muy distinta la realidad económica”.
Cierto es que lo saben y lo “requetesaben”, por mucho que despotriquen, paguen costosísimas campañas mediáticas contra el mandatario, en particular, y de la 4T, en general, y se retuerzan como poseídos porque “el gobierno nos cerró las puertas” (Carlos Salazar Lomelí, dixit). Ese privilegiado grupo de empresarios ha llenado sus bolsas con pandemia y sin ella. Por ejemplo, en promedio, sus ganancias acumuladas en bolsa (sólo 2021) se incrementaron 21 por ciento (tres veces por arriba de la inflación), pero las de otros consorcios rozaron 50 por ciento (siete veces la inflación), incluido Alsea (el que, nada más iniciar la emergencia sanitaria por covid-19 y con el pretexto de que “no hay dinero”, despidió a buen número de sus trabajadores y se negó a pagar así fuera una proporción de sus salarios).
Y está el caso de los bancos que operan en el país, un verdadero cuento de hadas: en los tres primeros años del gobierno de López Obrador (dos en pandemia) acumularon utilidades netas por casi 460 mil millones de pesos, es decir, ganancias no registradas en sus países de origen ni en otros en los que tienen representación. Y esos beneficios se concentran en no más de seis instituciones, de las que sólo dos son mexicanas, aunque, oficialmente, el sistema bancario está formado por 50 instituciones en operación.
Pues bien, de acuerdo con la Comisión Nacional Bancaria y de Valores (CNBV) sólo en 2021 acumularon utilidades netas por 162 mil millones (444 millones por día, incluidos sábados, domingos y días festivos, hasta noviembre pasado), monto equivalente al que los bancos que operan en el país obtuvieron en toda la primera década del siglo XXI, con Fox y Borolas en Los Pinos. De ese tamaño: lo que antes ganaban en un año, ahora lo hacen en un mes o menos (como referencia, en 2001 se embolsaron 12 mil 365 millones). En el detalle, seis bancos concentraron 81 por ciento de las utilidades netas (poco más de 131 mil millones para ellos): la trasnacional española BBVA (53 mil 618 millones de pesos, equivalentes a 33 por ciento del total), Banorte (23 mil 787 millones), la trasnacional estadunidense Citibanamex (18 mil 113 millones), otra trasnacional española Santander (16 mil 72 millones), Inbursa (11 mil 356 millones, de Carlos Slim) y la trasnacional canadiense Scotiabank (8 mil 369 millones).
Lo más llamativo es que (la información es de la CNBV) en ese mismo 2021 (hasta noviembre), con utilidades netas de ensueño, la banca que opera en el país registró una caída anual de 3.2 por ciento en la captación total de recursos; sus activos totales disminuyeron 3.4 por ciento y la cartera de crédito vigente real se redujo 3.7 por ciento. A pesar de ello, las ganancias fueron espectaculares. Tal vez su “nicho de protección” sea el crédito al consumo, mediante el cual exprime a la clientela a niveles de agio. De hecho, la citada comisión detalla que “entre febrero y noviembre de 2021, dicha cartera registró un aumento de 76 mil millones de pesos, equivalente a un aumento de 2.6 por ciento en términos reales; el flujo mensual del crédito al consumo por 36 mil millones observado en noviembre fue el mayor incremento histórico mensual registrado”.
El mensaje presidencial es nítido: los opositores “han actuado con mucha inmoralidad; no se puede utilizar el sufrimiento de la gente con propósitos políticos o periodísticos; esa es labor de zopilotes. Apostaron a que se nos iba a desbordar el problema, que no íbamos a poder y en coro deseándonos que nos fuese mal, sin olvidar que le iba mal al pueblo. Actuaron sin escrúpulos”.
Las rebanadas del pastel
Muy pocos se quedan con el pastel, pero los expulsados de su tierra reparten el suyo: entre enero y noviembre de 2021 las remesas sumaron unos 47 mil millones de dólares, 27 por ciento más que en el mismo periodo de 2020. Esa catarata de billetes verdes equivale a 940 mil millones de pesos, y se espera que al cierre de año el monto supere el billón de pesos (50 mil millones de dolarucos).