Ciudad de México. El gobierno federal logró reducir en 3 mil 200 millones de dólares la deuda de Petróleos Mexicanos (Pemex), luego de concluir el proceso de refinanciamiento de obligaciones de corto plazo anunciado en diciembre pasado por la Secretaría de Hacienda y Crédito Público (SHCP).
La operación consistió en una aportación patrimonial de 3 mil 500 millones de dólares por parte de Hacienda a Pemex con la finalidad de comprar deuda de corto plazo e intercambiarla por un bono a 10 años. Como resultado, se redujeron en 3 mil 200 millones de dólares las obligaciones y en 10 mil 500 millones de dólares su presión financiera hasta 2030.
“Todo un éxito el proceso de refinanciamiento de Pemex. Se refrendó la confianza de los mercados en la estrategia de fortalecimiento financiero de nuestra petrolera estatal”, comentó en redes sociales el secretario de Hacienda, Rogelio Ramírez de la O.
Hacienda recalcó que “los recursos del gobierno federal utilizados en esta operación no ponen en riesgo la ejecución del gasto público ni implicaron ningún recorte presupuestal”, al tiempo que se logró comprimir en 50 puntos base el diferencial de tasa que pagaba Pemex sobre la de deuda soberana y eso trajo una reducción anual de 180 millones de dólares en el costo financiero.
Si bien la dependencia a cargo de Ramírez de la O enfatizó que la operación, realizada por Hacienda y Pemex “fue considerada por las calificadoras y analistas como un éxito”, esto no se verá hasta que las firmas de riesgo hagan una modificación en la perspectiva o nota de la petrolera, si es que la efectúan.
A la fecha, entre las principales calificadoras sólo Standard & Poor’s mantiene el grado de inversión para Pemex. La firma de riesgo ha explicado que su nota de BBB para la petrolera mexicana se iguala a la de la deuda soberana del país porque se asume que la actual administración federal respalda las obligaciones de su principal empresa estatal.
Sin embargo, tanto Moody’s como Fitch Ratings mantienen los bonos de la empresa en grado especulativo –con notas de Ba3 y BB, de acuerdo con cada una de sus escalas–, lo que encarece el crédito para Pemex. Hasta los datos más recientes, los pasivos de la petrolera se encuentran en 113 mil millones de dólares.
Bajo este contexto, en diciembre la Secretaría de Hacienda anunció una serie de “cambios estructurales” para mejorar su posición financiera, entre ellos la reducción de la carga fiscal, en particular del derecho de utilidad compartida, cuya tasa pasó de 52 a 40 por ciento, así como aportaciones patrimoniales para disminuir la deuda de la empresa y su riesgo financiero.