La Cumbre de cancilleres de la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños(Celac), celebrada el 7 de enero en Argentina, eligió a ese país como presidente pro tempore del organismo para 2022.
Ninguneada por los medios hegemónicos, una buena noticia, dada la visión de unidad de la Patria Grande del gobierno de Buenos Aires. Momento oportuno para subrayar la valiosa labor de la presidencia mexicana, pues la Celac agonizaba en el momento en que vino a su rescate el recién electo gobierno de Andrés Manuel López Obrador. Una avalancha de regímenes de derecha había hecho cambiar la correlación de fuerzas existente en nuestra región en la brillante década iniciada con la presidencia de Hugo Chávez en Venezuela.
Washington y las derechas lo consiguieron por vía de golpes blandos, lawfare y de feroces campañas mediáticas; aprovecharon también errores de los gobiernos progresistas. Pero la gestión de México, en la circunstancia dramática de la pandemia, consiguió revivir el ente integracionista, cuya virtud, de entrada, es no incluir a Estados Unidos ni Canadá y agrupar a todos los Estados de la región sin importar su signo ideológico. México, entre otros logros, consiguió sumar esfuerzos para combatir el covid-19 en la región y proveerla de vacunas, recuperar el diálogo de la Celac con China y la Unión Europea, así como la creación de una agencia espacial latinoamericana y caribeña.
Ello fue reconocido por el presidente de Argentina, Alberto Fernández, y varios de los cancilleres participantes, entre ellos el jefe de la diplomacia cubana Bruno Rodríguez Parrilla, quien destacó “la encomiable gestión desempeñada por el fraterno México, durante estos casi dos años de presidencia pro tempore, para revitalizar” a la Celac y “la exitosa celebración” en ese país de la sexta Cumbre de Jefes de Estado y de Gobierno.
Mirar al Sur es moderadamente optimista. Queda mucho por hacer. Pero cuando llegan gobiernos –disímiles, aunque al fin y al cabo de orientación popular– a Perú, Honduras y Chile y se dibuja la muy posible victoria este año de Luiz Inácio Lula da Silva en Brasil y Gustavo Petro en Colombia, podría esperarse una Celac más fortalecida.
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