Kuldana, Pakistán. Los rescatistas paquistaníes trabajaban el domingo para despejar las rutas de acceso a un puerto de montaña que alberga a miles de turistas después de que 22 personas murieran atrapadas en sus coches de camino a esta localidad tras una fuerte tormenta de nieve.
El puerto de montaña de Murree, ubicado a unos 70 km al noreste de Islamabad, estaba lleno de turistas y de visitantes que fueron a disfrutar el paisaje invernal, tras una inusual nevada.
Pero el viernes la tormenta derribó varios árboles y bloqueó las estrechas rutas que llevan a esta localidad a 2.300 metros de altura, de acceso difícil a través de valles y montañas escarpadas.
"Yo nunca en mi vida vi una tormenta de nieve tan grande. Había fuertes vientos, árboles derribados y avalanchas. La gente estaba aterrorizada", contó a la AFP Tariq Ullah, un funcionario de una localidad vecina que estimó que en unas horas se acumularon cerca 1,5 metros de nieve.
Las autoridades informaron que unos 100.000 visitantes apostados en miles de coches estaban en ruta hacia esta localidad el viernes, lo que provocó un inmenso atasco.
Según el balance oficial, 22 personas murieron atrapadas en sus coches en la noche del viernes debido al frío o por intoxicación de monóxido de carbono, ya que para mantener el calor algunos conductores dejaron encendidos el motor.
Entre los fallecidos hay diez niños, seis de los cuales murieron con su madre y su padre, un policía.
"Vamos a encender la calefacción y nos vamos a dormir", fue el último mensaje que envió el agente Naveed Iqbal a su hijo, según el diario Dawn.
El domingo, vehículos y personas a pie intentaban salir de Kuldana, un pueblo cercano a Murree también afectado por la tormenta.
Alertas tempranas
El primer ministro, Imran Khan, dijo estar conmocionado por la tragedia, pero indicó que la nevada sin precedentes y el atasco pillaron "desprevenidas" a las autoridades de distrito.
Varios medios locales criticaron a los funcionarios locales y señalaron que la agencia meteorológica advirtió desde el 6 de enero que se avecinaba la tormenta.
"Se aconseja que todas las autoridades concernidas permanezcan en 'ALERTA'", advirtió el jueves el Centro Nacional de Pronóstico Meteorológico, que además proyectó que la "fuerte nevada" podría provocar el bloqueo de las rutas en Murree y en otras localidades.
Las autoridades prometieron una investigación de lo sucedido.
"Nuestra primera prioridad es el rescate, que está en marcha", indicó Hasaan Khawar, portavoz del gobierno provincial de Punyab, en un tuit publicado el domingo.
"Después se iniciará una investigación de alto nivel y si hay cualquier tipo de negligencia, entonces se van a tomar acciones contra quienes resulten involucrados", agregó.
El departamento de comunicaciones del ejército informó que rescató a personas de coches atrapados en el camino hacia Murree y que los llevó a albergues instalados en la localidad.
Pero 1.000 vehículos abandonados obstaculizan el trabajo de las excavadoras y en algunas zonas las autoridades utilizan palas para despejar la ruta.
Durante el fin de semana las redes sociales en Pakistán se inundaron con fotos de gente jugando en la nieve en Murree, una pintoresca localidad construida por los ingleses en el siglo XIX como sanatorio para sus tropas.
La semana pasada las autoridades advirtieron que había demasiados vehículos intentando entrar en la localidad, sin lograr disuadir a la multitud de personas que se desplazaban desde la capital.
Muchos paquistaníes denunciaron en las redes sociales el domingo que los hoteles y casas de huéspedes de Murree habían agravado el problema con un alza de los precios que obligó a muchas personas a pasar la noche en sus coches para no pagar una habitación.
"Las cosas hubieran sido diferentes si la población local hubiera cooperado, pero la reputación y la conducta de las personas de Murree son muy malas en este asunto", indicó a la AFP un alto funcionario que habló bajo condición de anonimato.
En medio de la tragedia también hubo reportes de personas de la localidad que acogieron a turistas atrapados y que ofrecieron comida y abrigo a quienes quedaron a la intemperie.